El rey emérito Juan Carlos I pasó por quirófano para someterse a una operación de un cáncer de piel. Concretamente, de un carcinoma basocelular, que obligará al monarca a someterse a revisiones periódicas. Se trata de uno de los tipos de cáncer de piel más habitual y que se suele producir por una extendida sobreexposición solar.

La noticia, que trascendió ayer en páginas de la revista "Lecturas", arroja luz sobre el moratón que presentaba el rey Juan Carlos en su última aparición pública, en la presentación de los carteles de las corridas de toros de San Isidro.

Acompañado de los miembros de la familia real, se presentó ante el público con una tirita que cubría un gran hematoma junto a su ojo izquierdo.

Tras la sorpresa inicial, el monarca emérito explicó que no se debió a un golpe o caída sino a una pequeña operación para quemar una mancha en la piel.

De acuerdo con lo publicado por "El Confidencial Digital", Juan Carlos I fue operado por su médico de cabecera y, aunque por la naturaleza del cáncer de piel se descarta, podría someterse a otra operación quirúrgica dependiendo de su evolución de la última. Se calcula que podría estar visitando al médico durante seis meses.

La noticia se conoce apenas cuatro días después de que Juan Carlos I visitase, el pasado viernes, en Vilanova de Arousa las nuevas instalaciones de las Bodegas GranBazán.

El monarca emérito estuvo acompañado en este acto en tierras arousanas por diversas personalidades políticas y empresariales de la comarca de O Salnés.