"Estuve muerto y he revivido", afirma el mago Pedro Volta desde un hospital de la localidad madrileña de Collado Villalba, en el que se repone del accidente sufrido el pasado sábado. El ilusionista pontevedrés perdió la consciencia mientras realizaba un truco de escapismo bajo el agua, en el III Festival Internacional de Magia de Navacerrada.

El número que ejecutaba era un homenaje a Houdini, el histórico escapista, en el que Volta se sumergía en una urna llena de agua atado con una camisa de fuerza de la que debía liberarse. El artista asume el accidente como un error propio al comenzar el truco, explica, ya que se enganchó una correa de manera accidental y "me ofusqué en quitármela, invertí en ello muchos segundos y gasté mucha energía". Una vez liberado de esta cinta, el ilusionista ya apenas tenía fuerzas para continuar el ejercicio.

Volta explica que como en todos los números de riesgo contaba con "un plan b" para una posible emergencia. Plan al que no recurrió para intentar continuar el truco hasta el final, porque "a mí me gusta finalizar los espectáculos", explica. Al quedarse sin fuerzas, el mago se desmayó bajo el agua y "no me acuerdo de nada más; lo que sí sé es que he estado cuatro minutos con parada cardiorrespiratoria", afirma el mago.

"Estoy muy feliz porque he vuelto a vivir, he estado muerto unos tres minutos y he revivido, he notado la sensación de volver a la vida", dice el ilusionista al recordar el incidente, en el que asegura que pudo experimentar la muerte. "He notado cómo esa sensación de ver todo negro, de repente con una sensación de vértigo muy poderosa, como si fuera en una montaña rusa, se transforma en blanco, y empiezo a ver muchas caras, gente que no conozco, que me habla, no escucho, no tengo consciencia de mi físico, mi cuerpo no existe, solo estoy viendo como una pantalla de televisión", hasta que al reconocer a un agente de la policía municipal -con el que había preparado la estrategia de emergencia-- que le grita "Pedro, vuelve", se da cuenta de que conoce a esa persona. "Mi cerebro hace ¡pam!, me doy cuenta de que esto no ha salido bien e inmediatamente recobro la conciencia", explica.

El pontevedrés ha recibido un "aluvión" de mensajes de apoyo y de ánimo a través de las redes sociales. A todas las personas que se han preocupado por él quiere decirles que "estoy bien, físicamente estoy perfecto", además de agradecer a todas las personas que le han ayudado en este trance y "a todo el pueblo de Navacerrada que se ha volcado muchísimo".

"Amo profundamente el arte de la magia, lo amo con pasión, con locura, no estoy loco, ningún mago lo está, pasamos muchos meses entrenando, tenemos mucha preparación e igual que Fernando Alonso puede salirse de una curva y tener un accidente no va a dejar de competir porque esa es su vida y su pasión", argumentó, para aseverar que "seguiré siendo mago, seguiré evolucionado y seguiré mejorando" porque lo ocurrido "le pasa a los grandes artistas, a las personas que están trabajando, dando la piel y la vida por lo que les apasiona y les gusta".