La mirada profunda y azul de la viguesa Patricia Avendaño ha examinado con la precisión del cirujano el acabado de cientos de diseños de alta costura y con el mimo de quien dialoga con las sedas y los encajes de los vestidos nupciales. Miles de novias han confiado en ella para envolver sus cuerpos ese día. Tampoco hay familia viguesa que se precie que no haya pasado por su tienda para alguna destacada celebración. Patricia, aún renaciendo tras el último golpe de la crisis del sector, que se llevó su fábrica, dedica toda su pasión a su tienda en Velázquez Moreno.

-¿Cómo se convierte Patricia Avendaño en lo que es hoy?

-Fue una carrera de fondo. Llevo trabajando en este mundo unos 28 años. Empecé en otra empresa diseñando solo vestidos de fiesta y en el año 2000 decidí crear mi propia firma de novias. Ahí empezaron mis años dorados: crecimos súper rápido y nos presentamos a las mejores pasarelas. Llegamos a la pasarela Gaudí [ahora Barcelona Bridal Week], siempre de manos de modelos 'top' y a pasarelas internacionales como Milán. Esos años fueron maravillosos realmente.

-¿Sitúa ahí los años dorados?

-Del año 2002 al 2008, que fue un bombazo. Hicimos un equipo de profesionales geniales. Tuvimos que ir adaptándonos a las necesidades del mercado y del momento. Hemos luchado lo indecible porque todo siguiese como estaba, pero no ha sido posible.

-¿Les afectó más la crisis, los nuevos modos de venta online , el abaratamiento de costes en otros países?

-La crisis nos hizo muchísimo daño, porque había clientes buenos de toda la vida a los que les afectó. Teníamos una plantilla muy grande y subsistir fue complicado. A veces tienes que tomar decisiones que no te gustan, pero no tienen más remedio.

-¿Se refiere al ERE y posterior concurso de acreedores de la fábrica en Valladares?

- Sí, fue una etapa muy dura; un final no deseado que traté de evitar por todos los medios hasta el último momento, pero las cosas no siempre salen como una desea y, al final, con todo el dolor de mi corazón, tuve que tomar esa decisión. Unas etapas se cierran y otras se abren o continúan, y ahora estoy centrada en mi tienda de Velázquez Moreno.

-¿Dónde cree que ha podido estar el fallo?

-Fue un cúmulo de circunstancias, pero centrarnos principalmente en el marcado nacional y no haber iniciado un proceso de internacionalización propiamente dicho desde un principio contribuyó bastante. Vendíamos tanto en España que no nos preocupamos en serio por vender fuera, solo a quien nos venía a buscar, aunque llegamos a tener presencia en los cinco continentes.

-¿A quién han vestido?

-Trabajamos con supermodelos: vestimos a Naomi Campbell, a Karolina Kurkova, Adriana Karembeu y a modelos nacionales. Trabajamos con Nieves Álvarez o Mónica Cruz. Hemos vestido a muchas famosas y en Vigo hay muy pocas señoras que no hayan tenido en algún momento de su vida un vestido nuestro.

-Y siguen.

-Aunque yo no estoy siempre, tengo citas en la tienda y diseño los bocetos con las novias, son vestidos personalizados. Estamos dedicándonos más a nuestra clienta final, la novia. También el año pasado incluimos una línea de Prêt-à-porter y complementos que nos funcionó fenomenal y mantenemos nuestra línea de fiesta y novias.

-Destaque un momento que para usted fuese el sumun profesional.

-Todo va unido. Cuando empecé, lloré muchísimo porque creí que no sería capaz de sacarlo todo adelante. Estábamos tres personas y tenía que presentar una colección de forma inminente. Surgían dudas, agobio y desesperación, tras recibir tantos pedidos. Y esas lágrimas amargas que recuerdo con horror se convirtieron en plena felicidad, porque en medio me quedé embarazada y me pasé mis dos embarazos trabajando. Mi hijo nació en marzo y yo tenía que estar en la pasarela en el desfile de Naomi Campbell en un mes ¡y con 25 kilos que había engordado!

-¿Qué hizo?

-Pues trabajé, di a luz, bajé los 25 kilos y ese desfile fue increíble. Yo no lo supe porque estaba en la pasarela pero pararon el telediario de La 1 de TVE para decir que Naomi Campbell estaba desfilando con nosotras.

-¿Es tan diva como la pintan?

-Es la diva. Corta el aire. Salió como una gacela. La gente ni aplaudía porque te quedas mudo al verla desfilar. Realmente ese mujer era un espectáculo sobre la pasarela. Es la modelo. Y ese día pasamos muchos nervios porque íbamos con un retraso del demonio y la sala del desfile estaba a tope, un calor horrible, el público silbando...

-Gana lo positivo, por tanto.

- Sin duda. Me dedico a lo que me gusta, es un mundo que me apasiona desde siempre y tengo la gran suerte de ser partícipe en uno de los días más bonitos en la vida de las personas. Me involucro mucho con mis novias y, gracias a las nuevas tecnologías, puedo mantener conversaciones directas con las que visto y asesoro, ya no solo de mi tienda de Vigo, sino de otros puntos España o del mundo. Es muy gratificante que te inviten el día de su boda y yo asisto con ilusión a las que puedo. De hecho, el mes que viene estaré en una en Panamá. He conocido y trabajado con personas maravillosas y grandes profesionales y puedo afirmar que tengo buenos amigos dentro del sector. Me siento orgullosa de la persona y profesional que soy y aunque me queda un largo camino por recorrer y muchas cosas que hacer, ganas e ilusión desde luego no me faltan.