El exciclista alemán Jan Ullrich, que se somete a una cura de desintoxicación en Fráncfort para superar sus problemas con el alcohol y la droga, aseguró estar "mucho mejor" desde que fue autorizado a retomar el contacto con sus hijos. "Voy mucho mejor", afirmó en una entrevista ayer con el diario Bild. "Ahora tengo derecho a telefonear a mis hijos todos los días. Los niños son mi medicina", aseguró. En su opinión, sus dificultades comenzaron a principios de año, cuando sus relaciones con su exesposa Sara se tensaron. "Cuando los problemas comenzaron de verdad con Sara y no pude ver o hablar con mis hijos durante semanas, exploté. Rompí algunas televisiones y arranqué el punching ball del techo. Para calmarme tomé cocaína y anfetaminas. Pero ya no las necesito. Si tengo a los niños, no necesito droga", dice. Ullrich fue ingresado en un hospital psiquiátrico tras una agresión a una prostituta y su posterior detención en Fráncfort hace un par de semanas. Unos días antes, Ullrich ya había sido detenido en Mallorca por haber entrada a la fuerza en casa de su vecino, el actor y director alemán Til Schweiger, provocando una pelea en su jardín. El único campeón alemán del Tour de Francia (1997), que tiene hoy 44 años, tuvo el sábado la visita de otro excilista, el estadounidense Lance Armstrong.