Los cuerpos de mujer semidesnudos, nalgas bronceadas y largas melenas que inundan las postales que desde hace años se pueden comprar en los quioscos franceses han acabado en el punto de mira del colectivo Femmes Solidaires, que se ha volcado en las redes sociales para intentar acabar con ellas.

La reivindicación arranca en un momento de avance en la lucha de los derechos de la mujer en Francia, coincidiendo con la aprobación, el pasado miércoles en el Parlamento, del proyecto de ley contra la violencia machista que incluye multas por comentarios sexistas y acoso callejero.

Un proyecto de ley votado en plena resaca de un vídeo viral en las redes, donde se veía cómo una joven de 22 años era agredida en París en plena calle por un hombre al que había mandado "callar la boca" por sus palabras y gemidos obscenos.

Femmes Solidaires, que agrupa 190 asociaciones y 10.000 militantes en toda Francia, ha empezado este agosto publicando cada día en Twitter una de esas imágenes que describe como "degradantes", a veces con "carácter pornográfico" y que a su juicio ayudan a "legitimar y banalizar la violencia contra las mujeres".

Entre las postales recogidas por la organización, que afirma tener un centenar de ejemplos de diferentes regiones, hay la de una jugadora de petanca mostrando sus nalgas o la de una ciclista que sube en tanga el monte Ventoux, en la Provenza, que contrasta con la versión masculina de un ciclista en ropa deportiva adecuada.

"¡Disponible cerca de tu casa!", anuncia Femmes Solidaires en un tuit mostrando una de las fotos que, en su opinión, refuerza el estereotipo de "mujer objeto, consumible y desechable, bajo un pretexto de ocio y divertimento", cuya comercialización, dicen, "contribuye a la cultura de violación".