John Travolta tenía 24 años cuando Danny Zukko le convirtió en un icono con "Grease". Cuatro décadas después, el actor estadounidense desgranó en Cannes los secretos de una larga trayectoria en la que dijo no lamentar ningún papel.

"No creo en los lamentos, creo en juntarte con todo tipo de gente, observar a la humanidad y vivir la vida al máximo, para que cuando te llegue la oportunidad de volver a actuar tengas más en tu mochila de memorias y experiencias", apuntó en una clase magistral. El intérprete a quien con cada nuevo éxito se le atribuye un "regreso" prefiere hablar de "reinvención".

"Estoy completamente de acuerdo con esa palabra, porque me aburre mucho mi propia personalidad. No es que no me guste, pero me divierte mucho más crear personajes, con muchas capas de comportamiento y distintos aspectos", destacó. "Fiebre del sábado noche" (1977), "Grease" (1978), "Mira quién habla" (1989) o "Pulp Fiction", Palma de Oro en 1994 en Cannes, son algunos de esos roles que le han dejado escapar de sí mismo e ir reapareciendo en el mapa cinematográfico por la puerta grande. Y en ninguno de ellos anticipó el impacto que iban a tener.

Con "Pulp Fiction" pensaba que llevaba a Cannes un proyecto pequeño, para un público reducido, y el máximo galardón del certamen le hizo llegar a un nuevo nivel, "hasta el punto de cambiar la historia del cine y mi historia".

"Como consecuencia directa, podía escoger el tipo de película que quería hacer y los directores con los que quería trabajar. El pelotazo de 'Pulp Fiction' me dio 24 años de elección", recuerda.

De "Grease", que ayer se proyectó en la playa de la Croisette, le sorprende que todavía marque a cada nueva generación: "Es un fenómeno atemporal", destacó de un filme que, según le confesó Benicio del Toro, despertó en este último el interés por la actuación. Travolta dijo pedir solamente dos cosas antes de dar su sí: confianza y pasión.

"Todos los grandes directores tienen una cosa en común, confían en los actores que han escogido". En "Pulp Fiction", afirma Travolta, "Quentin (Tarantino) me dijo que si quisiera predictibilidad hubiera cogido a otro, que no sabía qué iba a hacer yo con ese papel, pero que quería correr ese riesgo".

Travolta dejó claro que ha recibido consejos de los más grandes: "Cinco años antes de morir, Marlon Brando me dijo que nunca debería aceptar una película de la que el director no estuviera enamorado, porque ese amor me iba a permitir actuar a otro nivel".