La baronesa Thyssen anunció ayer que el 31 de julio próximo decidirá si mantiene la cesión de su colección privada de cuadros para su exhibición en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y confirmó que cuenta con propuestas de otros centros.

De todos modos, Carmen Thyssen ha asegurado desde Girona que las negociaciones con el Estado están presididas por un "buen entendimiento" y espera ver cumplido su deseo de que las obras sigan en España.

La baronesa renueva anualmente la cesión y ha apuntado a que le gustaría cerrar un acuerdo por "veinte años quizá", para lo que ha abierto un periodo de conversaciones que concluirá el 31 de julio.

En todo caso, la propietaria de la colección ha dejado claro que su presencia en Madrid "podría cambiar" y ha manifestado que tiene clara su continuidad en los museos Thyssen de Málaga, Sant Feliu de Guíxols (Girona) y Andorra, pero no en el de la capital española.

Carmen Thyssen ha explicado que, después de que la llegada a España de las obras de su marido, el fallecido barón Thyssen, en lo que ha calificado como "el mayor movimiento en la historia del mundo del arte", se ha producido un afloramiento de museos que, sin embargo, carecen de patrimonio para exhibir.

En consecuencia, la baronesa cuenta con "varios pretendientes", aunque ha evitado desvelar su nombre y ha reiterado que no tiene ganas de abandonar su país "y darle el beneficio a otro".

El argumento esgrimido por Carmen Thyssen es que renunció "a todo" para traerse a España la colección de su marido para que "otros herederos con legítimas" aceptasen el traslado, pero que, ahora, ella también tiene "hijos y nietos" y no puede ser "egoísta" y pensar sólo en su nación.

La baronesa acudió ayer a Girona para presentar el apoyo de la Diputación de Girona al proyecto de museo Carmen Thyssen en Sant Feliu de Guíxols, que tiene previsto abrir sus puertas en 2020 y para el que se prevé una inversión de siete millones de euros.