"María Toledo habla con pasión del flamenco, género al que, asegura, hay que acercarse, como a la comida, "sin prejuicios". Pero a Vigo no llegará con sus temas ni con su piano -es la primera mujer en la historia del flamenco que se acompaña a sí misma con este instrumento-, sino como solista con la Orquesta Sinfónica Vigo 430, en un concierto que dirigirá una de las directoras revelación en Europa, Irene Gómez-Calado. Con cuatro nominaciones a los Grammy latinos y considerada la nueva imagen del flamenco, María Toledo (Toledo, 1986) interpretará la primera versión de "El amor brujo" de Manuel de Falla, de 1915, el próximo viernes (20.30 horas), en el Auditorio Mar de Vigo.

-Sus fans vigueses podrán verla, por fin, en Vigo, aunque no vendrá con un repertorio flamenco, sino con Falla y de la mano de la Orquesta Sinfónica Vigo 430...

-Es cierto. Voy a interpretar "El amor brujo" de Falla, la primera versión, la de 1915, porque en 1925 estrenaría la segunda, que es la que triunfó. Interpreto esta porque interviene más la flamenca, que además de las cantadas tiene partes recitadas. Incluye, además. "El romance de pescador", por ejemplo, que se eliminó en la versión de 1925. Para mí es un placer cantar en el norte, donde hay muy buena afición al flamenco, y, aunque en esta ocasión voy a interpretar una obra clásica, es un acercamiento a mi público. Además, es la primera vez que voy a actuar en Vigo.

-Aficionados del flamenco hay en casi cualquier parte del planeta. ¿Por qué cree que es esto?

--Yo creo que gusta porque es una música muy racial. Pero el flamenco no hay que escucharlo con prejuicios; al contario, hay que ir predispuesto a escuchar una música con muchísima riqueza, sobre todo en la melodía. Esto es como la comida: si vas con prejuicios de que este plato no te va a gustar, seguramente no te guste.

-¿Cómo llega una toledana afincada en Madrid al flamenco?

-Por mi familia, que escuchaba muchísimo flamenco. Luego tuve la suerte de conocer en el colegio a una persona malagueña, que fue la primera que me escuchó cantar, y de que mis padres me llevaran a clases de cante. Y al final, mi pasión de convirtió en mi profesión.

-Y qué fue primero, ¿el cante o el piano?

-Cantar, aunque al poco tiempo entré en el conservatorio y elegí el piano.

-¿Siempre tuvo claro que quería dedicarse a la música?

-Siempre tuve claro que era mi sueño. Lo que pasa es que uno tiene sueños y a veces no sabe si va a poder dedicarse a lo que le hace feliz, y haces otras cosas. En mi caso, Derecho. Pero ese sueño se fue convirtiendo poco a poco en mi modo de vida. El flamenco es mi modo de vida y mi forma de ser feliz.

-Es, además, la primera mujer en la historia del flamenco que actúa acompañándose a sí misma por el piano, un instrumento poco común en este género.

-La verdad es que fue algo casual, pero fue lo que hizo que la gente me escuchase. Pero también hubo gente que se lo tomó a mal, como si incorporar el piano fuese una falta de respeto. Pero a pesar de que no es un instrumento común en el flamenco, Manolo Caracol ya cantó con Arturo Pavón al piano.

-Cuando dice que hubo gente a quien le molestó, ¿se refiere a los puristas?

-Es que yo no canto para el purista; yo canto para el público al que le guste y ya está. No sé que es ser purista. Yo soy pura porque soy clara y eso creo que es la pureza. Para mí, la pureza del flamenco es cantar con verdad. No eres más pura porque cantes por soleás y no te salgas de esa rama ni eres impura porque metas una letra de Triana.

-Suma cuatro nominaciones a los Grammy latinos. ¿Esto ha influido de alguna manera a la hora de asumir nuevos proyectos?

-Tengo la misma presión que antes porque soy una persona a la que le gusta hacer las cosas de verdad. Los premios y que te nominen está muy bien, pero no soy mejor ahora porque me hayan nominado. Para mí el gran aliciente y con quien compito es conmigo misma, intentando mejorar y superarme cada día. No creo que el arte se tenga que valorar en un premio ni que alguien que no haya sido nominado sea peor que yo.

-¿Es muy exigente?

-Es que no entiendo qué es vivir de puntillas. Creo que hay que dejarse el alma en todo lo que haces, aunque salgas con arañazos. Salir al escenario es una cosa muy seria porque el público se merece todo nuestro respeto.

-¿Qué situación vive el flamenco?

-Está mucho mejor, pero aún se puede hacer más.

- ¿Cómo?

-Empezando por que se hagan radiofórmulas de flamenco. Lo que le sorprende al extranjero cuando viene a España es que pone la radio y en el país donde el flamenco es su marca, no suene. Y en la tele, poniendo más momentos musicales que no sea en las horas que ya estás hecho polvo y te tienes que ir a acostar. Es una forma de acostumbrar a la gentes a escuchar flamenco y la gente se acostunbra.

- ¿Para cuándo su quinto disco?

-Pues no tengo fecha definitiva, pero está al caer. Va a ser muy novedoso, aunque no quiero adelantar nada más.

- Usted se mantiene muy activa en las redes sociales. ¿Qué le aportan profesionalmente?

-Primero, te permite llegar a mucha más gente y además, conocer los gustos de tu público y ver qué funciona y qué no. No solo es importante que te conozcan, sino también conocer a quienes te consumen porque a ellos también les gusta que los escuches.