Quisieron enviar al mundo un mensaje de paz y se encontraron con un muro de agresiones. Ocurrió a mediados de noviembre durante los preparativos del certamen "Miss Universo" en la capital del juego mundial, Las Vegas. La representante iraquí, Sarah Idan, se hizo un selfie con la israelí Adar Gandelsman. Sonrientes. Sin rivalidades. Por supuesto, sin hostilidades por causas ajenas a su presencia en el concurso.

"Amor y paz de parte de Miss Irak y Miss Israel", escribió Sarah Idan en las redes sociales con varios emoticonos de corazones. Toda una declaración de buenas intenciones en un contexto de enfrentamiento sin cuartel entre dos países que no mantienen relaciones diplomáticas.

La reacción de ira no se hizo esperar y la candidata iraquí tuvo que justificar su presencia en esa imagen aparentemente inocente: "Quiero subrayar que el propósito de la fotografía era expresar esperanza y deseo de paz entre los dos países". Y añadió que "no expresa ningún apoyo al gobierno de Israel ni tampoco significa que esté de acuerdo con sus políticas hacia los territorios árabes". Idan, de 27 años, nacida en Bagdad y residente en California, fue duramente atacada en las redes sociales por haber herido, según sus detractores, la causa palestina.

"Le dije: hagámonos una foto para que nuestros pueblos vean que no tenemos ningún problema y que somos embajadoras de la paz", explicó Idan.

Sus explicaciones caen en saco roto. Su felicidad por representar a su país después de 45 años de ausencia en el certamen de belleza se tornó en pesadilla tras fotografiarse con Adar Gandelsman, de 19 años y que cumple el servicio militar.

"Me desperté con llamadas de mi familia y de la organización de Miss Irak desesperados. Las amenazas de muerte que recibí online daban mucho miedo", reveló una atemorizada Idan -que tiene también nacionalidad estadunidense- a la cadena CNN. La consecuencia: su familia ha abandonado Irak en secreto por miedo a represalias. Las amenazas ya habían llegado, aunque menos insistentes, cuando apareció en bikini en las fases previas del concurso. Pero el selfie abrió la caja de los truenos. La propia Idan, que se fue a Estados Unidos a estudiar música-, escribió en su perfil de Twitter: "No soy ni la primera ni la última persona que se ve perseguida por una cuestión de libertad personal".

A pesar de las presiones y los ataques, Saran Idan no ha eliminado el selfie de la paz de su cuenta de Instagram.