La guerra por el trono de hierro es el mayor espectáculo de la televisión. "Juego de Tronos", cuya séptima temporada se estrenó la pasada madrugada, es la serie más premiada de la historia y la que más espectadores acumula, a nivel global, en la actualidad. Un éxito indiscutible que también precisa de una inversión a la altura: no en vano, la ficción de HBO es una de las series más caras de la televisión, y sus cinco intérpretes principales -Emilia Clarke, Peter Dinklage, Kit Harington, Lena Headey y Nicolaj Coster-Waldau- se cuentan entre los mejor pagados.

La serie, basada en la saga de novelas "Canción de hielo y fuego" de George R.R. Martin, se emite en la actualidad en 170 países de todo el mundo. La guerra entre los Stark, los Lannister y los Targaryen aglutina nuevos fans temporada tras temporada, batiendo récords de audiencia. Sólo en Estados Unidos, la serie tiene una audiencia de 25 millones de suscriptores para su primer pase. Unas cifras que prácticamente multiplican por diez el volumen de espectadores que tuvo su piloto, emitido en 2011.

Buena parte de la atracción de la serie se cimienta en la crudeza de una trama en la que todo puede pasar. Incluso que liquiden al supuesto protagonista, como de hecho pasó al final de la primera temporada con Ned Stark.

Algún fan ocioso incluso se ha dedicado a contar el número de finados que acumula la ficción, sin contar el episodio emitido anoche. La cifra impresiona: 150.966 muertos. La media por episodio supera las 2.500 defunciones, la gran mayoría violentas.

El éxito de público se traduce también en premios como los "Emmy": "Juego de Tronos" acumula 38 galardones sobre 129 nominaciones, lo que la convierte en la serie más premiada de la historia por encima de "Frasier", que obtuvo 37 premios. En los "Globos de Oro" la suerte le es esquiva: sólo acumula el que obtuvo en 2012 Peter Dinklage por su interpretación de Tyrion Lannister.

El precio del éxito es elevado: el coste por capítulo se estima en 10 millones de dólares (8,7 millones de euros, al cambio actual), lo que convierte a la serie en una de las más caras de la historia. Pero el trono de hierro, y el de la televisión, bien valen la inversión.