El papa Francisco desveló ayer la existencia de "resistencias malvadas" y "ocultas" a la reforma de la Curia, que está implementando desde hace tres años, en el discurso que dirigió ayer a sus miembros. El Pontífice lamentó las "resistencias" a la reforma que junto a los cardenales del llamado grupo C9 intenta implementar. Las palabras del Papa cobran mayor importancia en el contexto de malestar en el seno de la Iglesia tras la filtración de una carta firmada por cuatro cardenales en la que se cuestionan puntos de su exhortación Amoris Laetitia y en la que se le exige su rectificación.

Advirtió que "existen también resistencias malvadas, que germinan en mentes perversas y se presentan cuando el demonio inspira intenciones malas. Este último tipo de resistencia se esconde en justificaciones, y, en tantos casos, acusaciones, que se refugian en las tradiciones, en las apariencias, en las formalidades, en lo conocido (...). Al respecto de la reforma del Gobierno de la Iglesia, Francisco explicó que "no tiene fines estéticos" y que "no puede ser entendida "Queridos hermanos, no son las arrugas de la Iglesia lo que se tienen que temer, sino las manchas", aseveró. Por ello, les indicó que para realizar la reforma no basta "cambiar el personal, sino que los miembros de la Curia se renueven espiritualmente, humanamente y profesionalmente".

Por otra parte, el Papa encargó a un grupo de cinco personas que investigue e informe sobre la destitución, hace unos días, del Gran Canciller de la Orden de Malta Albrecht Freiherr von Boeselager, de la que no fue informado.