El rosa, siempre asociado a la infancia y la ropa de las niñas, se consolida como una de las tonalidades que reinan en el armario del otoño-invierno. Si hace años resultaba impensable que cualquiera fuese por la calle con un abriguito rosa chicle, hoy en día es de lo más normal encontrar a decenas de mujeres y hombres que eligen uno de los tonos más dulces de la paleta cromática.
El rosa pone el punto de suavidad en el vestuario y llega a la cursilería cuando se mezcla con lazos y adornos, que hay que utilizar con cuidado. Aunque, la verdad, en estos tiempos que corren tampoco pasa nada por volverse un poco cursi. Todo está permitido. Lo "ñoño" cotiza al alza en las pasarelas.
También las mezclas un poco locas se plantan en la calle. Un buen ejemplo es la colección "Crucero" de Chanel, que se presentó en La Habana, en la que las características faldas de flecos de la maison se conjugan con zapatos de cordones bicolor y chaquetas de impecable corte en rosa bebé.
En la colección de otoño-invierno, Chanel opta por un look total en rosa, con abrigos-vestido inspirados en los diseños clásicos de Coco, complementados con bolsos, cinturones y joyas en el mismo color.
Los pantalones culotte en color rosa combinan con un jersey gris o camisas de rayas. Un blazer rosa será un gran acierto para los estilismos más otoñales. Los complementos también se visten en color rosa, con bolsos de tweed y sandalias de tacón hechas en delicado terciopelo, una de las texturas de la temporada.
Los modelitos rosa más juveniles se encuentran en las tiendas de moda a precio asequible, con todo tipo de propuestas, entre las que no faltan camisas, sudaderas, tops, chaquetas y anoraks.
