Ana Locking fue ayer la diseñadora más guerrera de la tercera jornada de la pasarela madrileña, arriesgó con estampados atrevidos y originales siluetas, demostrando que es capaz de construir un vestido "lady" con tejido de camuflaje o dibujar un sensual volante en una falda guerrillera.

Ana Locking dice que su colección habla de todas aquellas personas que huyen de su zona de confort, de gente independiente, de gente diferente, "a las que admiro y tomo como referencia personal para seguir avanzando por senderos menos confortables".

En las bambalinas de la pasarela Juan Duyos explica que la belleza de las flores le ha inspirado esta colección, "cuyo objetivo fundamental no es otro que embellecer a la mujer". Los colores pasteles son la clave de una colección en la que prima el volumen y las profusiones de aplicaciones de flores, bien realizadas con lentejuelas, pedrería o tela. "No suelo trabajar la pedrería, pero en esta colección sí, me apetecía", explicó este madrileño.

Hannibal Laguna está convencido de que los números nos "marcan", una razón por la que, este venezolano de nacimiento, ha decidido rendir "homenaje" a España con "+34", el prefijo que identifica el país desde el extranjero.

Y por último, Ion Fiz, subió a la pasarela una segunda línea, "muy joven con acento deportivo, que estará a la venta el próximo lunes", cuenta este diseñador que se inspira en la estética del mar. Después, este vasco muestra prendas de más costura, un cóctel más relajado que en otras ocasiones con pinceladas metalizadas. La pieza más valiosa, un vestido largo envuelto con una red de pesca de Fuenterrabía, cuajada de abalorios de nácar.