Obama podría embolsarse hasta 30 millones de dólares por escribir dos o tres libros cuando deje el cargo. Y es que si la presidencia de los Estados Unidos es el puesto político más apetecido del Planeta, llegar a expresidente -former president- como dicen ellos, es el sueño dorado de media Humanidad. De hecho, ninguno de los "formers" ha expresado nunca nostalgia del despacho oval ni de una vida llena de obligaciones.

A Barack pronto le llegará el premio a tantos desvelos: conferencias a precio de oro y privilegios de todo tipo. La familia lo sabe e incluso bromea con el dichoso futuro. El presidente dice que quiere ser inversionista o comprar un equipo de la NBA. Cierto o no, a diferencia de otros mandatarios como los Bush o Carter, el actual mandatario no es rico por su casa, en cambio da mil vueltas a sus antecesores como escritor y orador, y eso que Clinton estaba entre los buenos. Obama podría convertirse en el autor presidencial más exitoso desde Roosevelt, que escribió 42 libros. No será antes de enero de 2017, cuando la familia ceda la Casa Blanca a sus nuevos inquilinos, de apellido Clinton o Trump. Con ellos se llevarán un nuevo estilo de hacer las cosas, una apertura y cercanía que les ha hecho sumar cientos de anécdotas y vivencias. Si Obama ya ha amasado diez millones de dólares con sus tres libros anteriores, qué no hará con volúmenes llenos de opiniones y juicios sobre acontecimientos históricos. Michelle, abogada de éxito antes que primera dama, podría montar un bufete y hacerse de oro. Ni lo necesita ni lo desea. Más bien asumirá el papel de mujer entregada a las buenas causas sociales. Podría crear una fundación -aunque su marido ya tiene una-o aspirar a un escaño en el Senado, como la hoy candidata Hillary Clinton. Las hijas, Malia y Sasha, las más mediáticas de los vástagos que han pasado por la mansión, disfrutan una popularidad sólo comparable a la de los niños Kennedy en su día, aunque John y Caroline vivieron sin redes sociales ni un triste Instagram en el que colgar fotos de ese cigarrillo clandestino. En cualquier caso, si lo de la escritura y las conferencias no resulta, Michelle y Barack tienen opción de triunfar en Broadway. De talento probado para el baile y el canto, les va el show-business, aunque nos tememos que en el futuro habrá más business que show.