El delfín Carlos, mientras sigue a la interminable espera del trono del Reino Unido, se dedica a plantar árboles. Mira, podría invertir el tiempo en cosas peores. Como ayudar a su señora con los rulos, por ejemplo. Pero el abuelo Charles lo que quiere es introducir al pequeño Jorge, su nietecito, en el arte de la la jardinería. El príncipe se puso tierno, ya ven, rememorando su tierna infancia. Se acuerda de cuando plantaba sus propias Kores en un pedazo de jardín con la abuela Isabel, esto es, la famosa Reina M adre. La jardinería, dice, es terapéutica. Digo yo que lo podían llevar, también, a la isla. Igual en Honduras hacía buenas migas con el ex de Karina. No, Domingo Terroba, no, que ahí había tanto amor verdadero como entre Sara y el cubano. Juan Miguel, el peluquero. Sí, vuelve el hombre. El príncipe no habla castellano pero tampoco iba a entender al estilista en la lengua de Cervantes. Sin embargo, hay cosas que están por encima de los idiomas. Miren cómo se comunicaban todos, Juan Miguel el peluquero, Pocholo y Yola Berrocal, en Hotel Glam. Lástima que Pocholo falte esta vez al reencuentro. Porque él sí habla inglés. Y de botánica sabe un rato.