Cumplidos los 80 años, el dibujante Francisco Ibáñez confesó ayer que con los políticos y la actualidad le ha salido "una competencia desleal".

Ibáñez, que comenzó a dibujar con 20 años, publicó su primera historieta el 20 de enero de 1958; era Mortadelo y Filemón y apareció en el número 1.394 de la revista "Pulgarcito", de la Editorial Bruguera.

Desde entonces, y durante los años sesenta, Ibáñez creó sus mejores personajes: Mortadelo y Filemón, La familia Trapisonda, 13, Rue del Percebe, El botones Sacarino, Rompetechos y Pepe Gotera y Otilio, de los que ha vendido 20 millones de ejemplares solo en España.

Coincidiendo con su 80 cumpleaños, el dibujante más internacional de la historieta española ha visto cómo Ediciones B publicaba en un solo volumen todas las páginas que dibujó de su mítica serie "13, Rue del Percebe", desde 1961 a 1968.

Desde su primera aparición en la revista "Tío Vivo", la serie tuvo el aplauso unánime del público, que semana a semana podía disfrutar de las divertidas situaciones que el autor planteaba en cada uno de los pisos de aquel edificio en cuyo ático aparecía un moroso, su amigo y también dibujante Vázquez.

Ibáñez, que en los últimos números ha introducido en sus viñetas de Mortadelo la actualidad política del caso Bárcenas y de las últimas elecciones generales, confiesa que ve la actualidad con envidia: "A veces los políticos hacen más gracia que nosotros. Son una competencia desleal".

Sin embargo, no sólo la política aguanta mal la versión en cómic, porque "cualquier situación que pase en la calle y te haga reír, cuando la ves en una historieta, te parece ñoña y tonta".

Con la larga experiencia acumulada, Ibáñez no puede evitar ver el pasado con cierta nostalgia, "aquellos años en los que los quioscos estaban llenos de tebeos, ahora dicen cómics, había el capitán tormenta, el capitán relámpago, el capitán trueno, todos los fenómenos atmosféricos tenían su capitán; y todo eso ha desaparecido excepto Mortadelo y el Superlópez".

Que continúe teniendo éxito le hace pensar que "algún valor tendrá, algo tendrá el agua cuando la bendicen", comenta socarronamente.

Nunca pensó que su personaje más emblemático, Mortadelo, duraría tanto, y "como no me dejan jubilar, ya hemos entrado en el segundo cincuentenario y estamos haciendo ya planes para el tercero, para ver qué varío para que siga despertando la atención de la gente".

Un día actual de trabajo de Ibáñez "es como hace veinte, treinta o cuarenta años, sigo trabajando las mismas horas, aunque la producción sea inferior". Y a aquellos que le dicen que con los ordenadores ya no tiene que trabajar le dan ganas de darles una bofetada: "El día que alguien me diga que hay un ordenador capaz de dibujar y de pensar una historieta, yo seré el primero en hacer cola en la tienda", concluye.