Susan Schneider, la viuda del actor Robin Williams, fallecido el año pasado, habló por primera vez con los medios estadounidenses desde la muerte de su marido, a los que aseguró que no fue la depresión, sino la demencia lo que mató a su esposo.

Schneider aseguró que no "culpa" a su marido por suicidarse, ya que "sólo le quedaban tres años de vida y había estado paranoico y ansioso" y, "probablemente", de haber seguido viviendo, hubiese pasado ese tiempo encerrado en un centro psiquiátrico.

"No fue la depresión lo que mató a Robin. La depresión fue uno de la cincuentena de síntomas, y uno de los pequeños". La mujer de Williams explicó que éste sufría demencia de cuerpos de Lewy, una enfermedad neurodegenerativa, tercera causa de demencia.