Dice Paula Ortiz que a la hora de buscar actores para "La Novia" no sólo quería intérpretes que diesen con la emoción del personaje, sino que representasen un icono. El propio Lorca dejó a todos, menos a Leonardo, sin nombre en "Bodas de sangre", designándolos únicamente por su posición en la familia: el Novio, la Mujer, la Madre, la Suegra? Y también el Padre de la novia, un patriarca amable, un hombre que sueña con un campo fértil para sus nietos, que desea que éstos nazcan ya, que considera que vender es siempre una pérdida de tiempo, pero comprar es invertir en el futuro de una tierra que ha sido necesario "castigar y hasta llorarla".

Carlos Álvarez-Nóvoa fue ese padre cariñoso, taciturno y protector, y su marcha ha dejado huérfana a la película que hoy se presenta al público en el Festival de cine de San Sebastián, tras la proyección el el mismo día en que se conocía la muerte del veterano actor. Su primera imagen en pantalla, como progenitor incrédulo, perdido, incapaz de entender qué ha hecho su hija, fue recibida en la sala oscura con una salva de aplausos.