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La gran noche del cine español

La comedia de Álex de la Iglesia revoluciona el Festival de Cine de San Sebastián con la presencia del cantante Raphael, que asegura hará películas cada dos años

El actor Tim Roth. // Efe

El Festival de Cine de San Sebastián vivió ayer su gran noche, como reza el título de la última comedia del realizador vasco Álex de la Iglesia. La película, que está fuera de concurso, revolucionó el certamen con la asistencia a su presentación de los guapos Hugo Silva y Mario Casas y el polifacético Raphael.

El cantante, que vuelve a la gran pantalla después de cuarenta años de ausencia, sorprendió a sus seguidores con una confesión: "A partir de ahora haré cine por lo menos una vez cada dos años". El artista aseguró además que le encanta hacer de malo, como se pudo ver en el film. En él, Raphael se mete en el papel de un trasunto del cantante al que la fama le lleva a límites insospechados. "Nos costó mucho que tuviese tiempo de rodar una película, pero al final lo conseguimos", explicó el director, quien detalló que es el largometraje que "he hecho con más ganas de entretener y pasar un buen rato". "Es bastante payasa", apuntó.

El certamen contó ayer con la presencia del actor británico Tim Roth, que se suma al cine latinoamericano, tras años poniendo voz y cara a los films de Quentin Tarantino. Roth presentó en San Sebastián los dos títulos mexicanos que protagoniza este año: "600 millas", de Gabriel Ripstein, y "Chronic", de Michel Franco. "Hay una nueva ola de cineastas fascinante, es como volver al espíritu de la 'nouvelle vague' francesa, esa ambición de contar historias diferentes y complejas. Me gusta formar parte de ello, simplemente estoy cabalgando la ola", manifestó el actor, famoso por sus films "Reservoir Dogs" y "Funny Games".

Rejón y la adolescencia

Por su parte, el director de origen mexicano Alfonso Gómez Rejón llega al Festival de San Sebastián con un largometraje en Perlas -la sección que celebra los mejores títulos del circuito de festivales-, "Yo, él y Raquel".

La película, una conmovedora historia sobre el final de la adolescencia con muchos guiños cinéfilos, obtuvo el premio del jurado y el público en la pasada edición de Sundance, y convenció ayer también en el Zinemaldia, con su delicado equilibrio entre humor y drama. "Nunca pensé que iba a hacer un guión de chicos en preparatoria y cáncer", admite en una entrevista el realizador, nacido en Texas hace 42 años y que ha sido director de segunda unidad en "Babel", de Alejandro González Iñárritu o en "Argo", de Ben Affleck.

Además, la jornada de ayer contó con la presentación de una comedia de ingredientes fantásticos y un drama intimista, terrible y bello, piezas de Francia e Islandia: "21 nuits avec Pattie", de los hermanos Jean-Marie y Arnaud Larrieu, y "Sparrows", del islandés Rúnar Rúnarsson. El público de ambas las ha premiado por igual con sendos aplausos al término de la proyección.

La primera cuenta la historia de una mujer de mediana edad que se enfrenta a sus miedos tras la muerte de su madre, a la que apenas conocía y cuyo cadáver de pronto desaparece, mientras "Sparrows" (gorriones, en inglés) llenó el auditorio de un Kursaal al que se le heló la sonrisa al observar, en medio de un paisaje de belleza extrema, la dureza de una vida sin noche y cómo lo viven sus habitantes.

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