Son apasionados del deporte y sueñan con un mundo libre de homofobia en las gradas. Más de 700 jugadores europeos de rugby celebraron en Bruselas un torneo "Gay friendly" para luchar contra los prejuicios a los que aún se enfrentan los homosexuales en el campo de juego. Los insultos con tintes homófobos son una constante en el deporte, un mundo donde pocos jugadores se atreven a "salir del armario". Los deportistas homosexuales tienen miedo a la reacción de sus compañeros y entrenadores, y a perder un contrato de patrocinio.