Llevábamos varios días observando como era la faceta más personal... como era Corinna como madre. A tenor de lo que publica 'Vanity Fair' en su número de este mes, no podemos pasar por alto que Corinna está preocupada por sus hijos, según les trasladaba una amiga íntima.

Según esta misma amiga, ha revelado a 'Vanity Fair' han tratado de forzar la cerradura de su oficina en Mónaco, teme que la estén siguiendo y que ha recibido mensajes anónimos recordándole el caso de Lady Di.

Esta mujer de negocios al más puro estilo Mata Hari, habría decidido actualizar su testamento y poner todos los documentos de sus clientes en un lugar seguro a disposición de sus abogados tal y como detalla la revista.

Corinna tiene dos hijos Nastassia Adkins según Vanity o Natassia Atkins para otros medios, y Alexander.

Corinna ha querido que sus hijos lleven su calidad y el mismo tren de vida que ha llevado y lleva ella. Y les ha hecho partícipes de todos sus momentos. De hecho, ya frecuentaba las altas esferas desde bien pequeña ya que su padres la llevaban a ella y a su hermano Sven Erik a veranear a Marbella. Por su padre también viajaba a Brasil, Alemania, Italia y España, y residía en Frankfurt.

Buenos colegios, estaciones de esquí de lujo, safaris... son algunos gustos que la aristócrata quiere inculcar a sus hijos. Coleccionista, cazadora, pesca submarina y vela son las aficiones de esta sibarita que ha dado a sus hijos o por lo menos algunas.

Nastassia de 22 años, fruto de su primer matrimonio con el empresario británico Philip. Según apuntaba LOC, la relación sigue siendo buena y juntos asistieron a la graduación de su hijo hace casi dos años. De hecho su relación es tan buena que fue el propio empresario el que la empujó a que montara su propia empresa y han realizado juntos safaris con el pequeño Alexander como el de Botsuana.

Alexander, que lleva el nombre del padre de Corinna, es su segundo hijo. Cumplirá doce años y es fruto de su corto matrimonio con el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein. Gente cercana al príncipe, aseguran que se casó para obtener un título y tener un pequeño principito. El pequeño es el nieto mayor de la histórica familia zu Sayn.

Hace unas semanas salía a relucir que Corinna se había hecho con un collar de esmeraldas de la Condesa de Romanones. 400.000 euros habría pagado en una subasta de Sotheby's. El motivo, lo esclarecía 'Vanity Fair', invertir para recuperar parte del patrimonio de los Sayn-Wittgenstein para su hijo Alexander.

Pero no solo a Alexander, también está ayudando a su hija Nastassia a que posea su propia colección bien diferente, ya que en casa exhibe cuadros de Warhol, Damien Hirst y del fotógrafo Javier Vallhonrat.

Una vida de lujo

Sus hijos han disfrutado del lujo y del tren de vida de su madre. Estaciones de esquí exclusivas, safaris, Premios Laureus, Corinna ha hecho que su hijo goce de ellos. El pequeño ya ha bebido las mieles tanto de montar en quad como de esquiar con escoltas tal y como documentaban 'El Confidencial' y Antonio Montero en 'El programa de Ana Rosa', respectivamente.

Según El Confidencial, los excoltas que trabajaban con ellos todavían recuerdan las locuras del menor al que le encanta montar en quad. Corinna, aseguraban las fuentes del portal, le compró una moto de cuatro ruedas de elevada potencia. El pequeño no dudaba en arrancar su quad y salir por el monte de El Pardo, paraje natural protegido.

Montero relataba el tipo de vacaciones del que disfrutan ella y su hijos. Como unas vacaciones en Suiza durante una semana sin escatimar en nada en chalet de lujo en los Alpes... o el viaje que ella realizó a Brasil el año pasado junto a su hija Nastassia a la cual acompañaba una amiga, son exquisiteces del matriarcado "Corinna".

Tiempo y Montero daban fe del ritmo de vida de la princesa y su hija que se alojaron en el lujoso hotel Copacabana Palace. Un hotel de cinco estrellas, considerado el mejor hotel de América el Sur, según el World Travel Arward, del 2009, donde las suites rondan los 1.000 euros.

Allí madre e hija compartieron cada mañana, otra afición, el gimnasio. En un riguroso reportaje atestiguaban como la aristócrata viajó en clase business y evitaba las colas pasando por la zona designada a autoridades. Sin embargo su hija que fue con una amiga pasaron por la zona de embarque normal y con la que disfrutó de la vida carioca.

Corinna, una madraza, no ha dudado en que sus hijos pudieran vivir momento tan especiales como inmortalizarse frente a un Mercedes de las carreras DTM en los Premios Laureus celebrados en San Petesburgo, Rusia, en febrero del 2008.

En cuanto a la educación más de lo mismo. Mónaco, Inglaterra, Suiza... son los colegios en los que Alexander ha estado matriculado según podía saber LOC y su hija ha estudiado en Nueva York donde Corinna se trasladaba constantemente.

Ella y sus hijos se han movido en ambientes elitistas de Madrid, Mónaco y Londres. Nada más empezar a aparecer en escena, cogía a su hijo y abandonaba España. Ayer contaba la periodista Marisa Martín Blázquez que la semana pasada había vuelto a recoger sus cosas... sea como fuere parece que Corinna quiere regresar al anonimato.