TRUCOS DE LIMPIEZA

El truco definitivo para que tus toallas estén tan suaves como el primer día

Tan solo necesitas este producto que todos tenemos ya en casa

R. V.

Comenzar el día con el pie derecho puede marcar la diferencia de la jornada. Levantarse de la cama y darse una buena ducha es la manera ideal para muchos de arrancar por la mañana. Hay quien prefiere disfrutar de este momento de relax justo antes de acostarse. Pero, sea cuando sea, lo que resulta un verdadero placer para todos es envolverse con una toalla suave y esponjosa. Sin embargo, con el tiempo y los lavados, la mayoría de ellas pierden ese tacto tan agradable para tornarse ásperas, incluso da la sensación de que secan peor. Parece algo inevitable con los usos pero, ¿es realmente así?

Es habitual que, con el tiempo, la ropa vaya perdiendo la calidad que tenía los primeros días. Los lavados habituales o dejarla húmeda en el baño propicia que las toallas vayan adquiriendo un tacto áspero que puede resultar hasta desagradable para la piel. Existe una forma de recuperar la tan deseada esponjosidad del tejido usando únicamente un producto que tenemos habitualmente en nuestro hogar: el vinagre.

Este líquido no solo es un perfecto añadido a tus ensaladas u otros alimentos, sino que contiene una serie de propiedades que lo convierte en un aliado fundamental para la limpieza del hogar (en esta información te hablábamos de su eficacia para desinfectar y limpiar la cocina o el baño).

Muchos expertos en limpieza del hogar recomiendan utilizar también vinagre como un añadido más a la hora de lavar nuestras prendas. Una opción para que las toallas queden suaves como el primer día es meterlas en un barreño de agua fría y mezclarlo con vinagre y un chorro de limón. Dejamos las toallas sumergidas en el agua durante media hora aproximadamente y dándole vueltas para que absorba bien la mezcla. A continuación, se debe enjuagar las toallas utilizando agua fría para así eliminar los restos de limón y vinagre. Por último, se debe meter las toallas en la lavadora y escoger un programa de lavado frío.

Si quieres que el acabado sea perfecto, lo más recomendable es utilizar una secadora después de lavado y a temperaturas bajas. En caso de que no dispongas de este electrodoméstico, puedes tender las toallas al aire libre. Eso sí, evita ponerlas al sol puesto que sino no habrá servido de nada el lavarla así.

El vinagre también es muy útil para evitar los malos olores de tu lavadora. Debes usarlo en un lavado de larga duración con agua caliente y con la lavadora vacía. De esta forma recuperarás ese olor del primer día y tu ropa no se estropeará.