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Siete trucos con los que conseguirás calentar la casa sin poner la calefacción este invierno

Si estás buscando técnicas para ahorrar, aquí tienes las claves para un hogar cálido sin gastar dinero

C. G.

Con el invierno a la vuelta de la esquina llega el momento de preparar los radiadores y desempolvar las estufas. Aunque este año estamos viviendo un otoño de lo más caluroso, el frío parece haber llegado para quedarse en nuestras casas.

Pero, ¿te preocupa la factura de la luz o el gas? ¿Quieres ahorrar sin tener que pasar frío? Si sigues estos pequeños trucos podrás mantener tu casa cálida y acogedora sin tener que encender la calefacción.

La madera

Aunque los zócalos o las ventanas de madera puedan parecer algo pasados de moda, lo cierto es que este material es un aislante térmico ideal. Tal y como concluyó un estudio del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) y la Confederación Española de Empresarios de la Madera, este material tiene propiedades higroscópicas capaces de crear ambientes templados (más cálidos en invierno y más frescos en verano). Además, gracias a su baja conductividad térmica permite que nos adaptemos mejor a él y no suframos pérdidas de calor bruscas al entrar en contacto con nuestra piel.

Ventila la casa el tiempo justo

Mantener limpio el aire de la casa es indispensable para oxigenar las habitaciones y librarlas de las toxinas que se mantienen suspendidas en el aire. Pero esto no significa que en invierno debas congelarte al ventilar la casa. Abre bien las ventanas durante unos 10 o como máximo 15 minutos al día para librarte del aire viciado. Procura hacerlo especialmente en las horas de sol para aprovechar sus rayos y retener más calor.

Coloca cortinas térmicas

Es una opción sencilla y no muy cara que te ayudará a subir la temperatura de tu casa. Ábrelas en las horas de sol para que entre el máximo de calor y ciérralas por la noche para evitar que entre el frío. Las cortinas térmicas también pueden aislar el calor, por lo que no necesitar deshacerte de ellas en verano.

Alíate con los cuadros y las alfombras

No está de más recordar que, aunque dejan pasar menos frío que el cristal, las paredes no aíslan del todo. Pero para paliarlo y subir algo la temperatura de la habitación bastará con colocar cuadros o cualquier otro tipo de decoración en la pared.

Del mismo modo, en los suelos lo mejor es optar por las alfombras de lana o las de pelo largo para proteger frente a la humedad y reducir la pérdida de calor del suelo.

Aprovecha el calor de los electrodomésticos

¿Has notado lo caldeada que está la cocina cuando preparamos la comida? El calor que desprenden el horno, el lavavajillas o cualquier otro electrodoméstico es muy efectivo para mantener una temperatura alta en la cocina, especialmente si mantienes la puerta cerrada. Del mismo modo, también se puede aprovechar el calor que desprenden los ordenadores y las televisiones en otras estancias.

La cinta aislante, tu gran amiga

Puede parecer un remedio casero demasiado rudimentario, pero sus efectos se dejan notar. Si tienes alguna fisura en puertas y ventanas o algunas rendijas, prueba a taparlas con cinta aislante para evitar que el aire circule de una habitación más fría a otra más cálida.

Acota el calor

Algo tan sencillo como cerrar las puertas, e intentar mantener el calor en las zonas de la casa en las que vayas a estar, te hará el trabajo más sencillo. De este modo evitarás que el frío se disperse por la casa y harás que la temperatura suba más fácilmente si se trata de estancias pequeñas.