En ocasiones ocurre que acudimos de visita a la casa de un familiar o un amigo y nos da cierta envidia lo limpio que tiene cada rincón . Más aún, si cada vez que vamos, la tiene igual. En esos momentos, pensamos por qué será que nosotros no conseguimos una apariencia similar.

Puede ser que la persona haya hecho un esfuerzo adicional si sabía que íbamos, como seguramente hacemos nosotros cuando sabemos que vendrán a la nuestra. Sin embargo, es posible que buena parte de esa limpieza sea permanente porque sigue ciertos consejos sencillos que permiten dotar a la vivienda de esa sensación de limpieza diaria.

Para tener la casa siempre limpia no podemos dejar las cosas sólo para limpiezas profundas una vez al mes o cuando vemos que las habitaciones están sucias o desordenadas. Se trata de seguir unos hábitos diarios como los que te proponemos a continuación que no requieren tanto esfuerzo pero que ayudan mucho a mantener siempre el orden:

Hacer siempre la cama

Se trata de un hábito muy sencillo que apenas lleva un par de minutos, pero hacer la cama es fundamental para mantener la sensación de orden en nuestra habitación. Si vas con prisas, puedes hacerlo rápido colocando bien el edredón y la almohada.

Desechar cosas innecesarias

Existen muchos objetos de los que tenemos un mayor número del necesario. Desecha los que verdaderamente no te sirvan y acabarás teniendo una casa con más espacio y sensación de orden. Tal vez ahora no caigas, pero si repasas cada habitación, encontrarás objetos que nunca vas a usar. Igualmente, los adornos que tenemos en baldas también sirven para provocar un mayor desorden y suciedad. Cuantos menos, mayor sensación de limpieza.

Ir lavando mientras sigues cocinando

Para que no se acumulen los 'cacharros' en el fregadero, que luego dejaremos ahí por lo menos hasta después de comer, podemos ir fregando aquello que ya hemos usado mientras la comida sigue cocinándose. De la misma manera, antes de ir a la cama también conviene fregar o meterlo todo en el lavavajillas, para que no estén ahí cuando nos levantemos por la mañana.

Usar cajas y cestas

Para evitar tener ropa y objetos tirados por las habitaciones, es interesante tener cajas y cestos para que todo quede recogido. Resultan muy útiles para el orden e, incluso, sirven como elementos decorativos.

Recoger el escurridor

Para que la cocina quede ordenada, debemos recoger la vajilla y los vasos del escurridor en cuanto ya estén secos. Es algo que lleva muy poco tiempo pero ayuda a la buena apariencia de la cocina.

No posponer las cosas

Un hábito a seguir es el de limpiar o recoger algo que nos llame la atención en el momento. No posponerlo para más adelante, porque provocamos la acumulación. Apenas nos llevará unos segundos y agradeceremos no tener que hacerlo días más tarde todo de golpe, provocando hasta entonces un desorden innecesario.

Barrer

Pasar la escoba no lleva mucho tiempo y permite mantener el suelo limpio. Especialmente interesante resulta hacerlo en la cocina, donde algo de comida -como las migas de pan- siempre cae. En el resto de habitaciones también podemos pasar la escoba para recoger pelos y pelusas que se forman a diario.

Hacer una lista

Las personas más ordenadas realizan listas en las que escriben las tareas que deben hacer cada día. De esta forma, uno se obliga así mismo a hacerlo y no acumula desorden ni suciedad por el olvido.