La aparición de los muros verdes o jardines verticales ha creado un nuevo concepto de jardinería cuya finalidad es enverdecer muros y paredes con plantas naturales. Con esta nueva forma de cultivo podemos disfrutar de nuevas zonas verdes, mejorar el paisaje urbano y respirar un aire más limpio, una manera de embellecer y mejorar de manera sostenible el entorno de nuestras casas, edificios y ciudades.

Un jardín vertical consiste en construir una estructura rígida generalmente anclada sobre una pared o muro que sostiene a su vez recipientes o alveolos en los que se alojan el substrato y las plantas. Se puede crear en un interior, en un patio o completamente al exterior como un jardín tradicional, sólo varían las especies y variedades de las plantas que utilizar, generalmente de porte mediano o pequeño por las características de las instalaciones.

Hay que elegir las que precisen poco substrato. Para interior se recomiendan entre otras, las nephrolepis, kalanchoes, la higuera trepadora, peperomias, bromelias, orquídeas... Y para el exterior, las hiedras, jazmines, bignonias, cissus, sedum y la vitadinia, entre otras. Pero las especies que escoger dependerán siempre del emplazamiento y la orientación que tenga el jardín vertical.

Para su correcto crecimiento es importante el mantenimiento, eliminando regularmente las hojas y las plantas secas para evitar hongos y enfermedades, así como la aportación de nutrientes y un buen control del agua de riego, que generalmente se hace de forma automatizada.

En suma, este tipo de jardines están considerados una innovadora propuesta de jardinería urbana, por sus hermosos diseños, por favorecer un entorno más verde y por la mejora del aire que se respira.