La función básica de un toldo es proteger del sol. Pero hay otros factores a tener en cuenta a la hora de instalar uno. Existen estudios contrastados que señalan que con su uso como sistema de protección solar la radiación de energía solar térmica que llega al interior de nuestra vivienda disminuye hasta un 80%. Con ello mejoramos nuestra economía al evitar el consumo excesivo de climatizadores, proporcionando un importante ahorro de energía a la vez que optimiza su funcionamiento y mejora su amortización. También se evita la contaminación medioambiental, ya que se reducen las emisiones de CO2.

Elegir la lona

Importante resulta la elección de la tela que se use. El tono de la lona no es siempre cuestión de gusto. Hay factores que condicionan su elección. Vivir en un bloque de pisos o en una casa adosada obliga a elegir el mismo color que el de los vecinos para conseguir una fachada homogénea. Tan solo en un ático o chalet (o si el toldo es para una tienda) se puede elegir. Si la terraza es muy soleada conviene optar por tonos frescos pero intensos, como el verde. Los toldos blancos, marfiles o amarillos sólo son aconsejables en terrazas muy umbrías, y es importante tener en cuenta que son colores luminosos, pero también muy sucios y hay que lavarlos muy a menudo. Por lo general en las grandes ciudades convienen colores sufridos para que la suciedad pase desapercibida.

Siempre tienden a perder color antes los tonos más oscuros, mientras que los claros mantienen durante mayor tiempo su proporción de color.

Existen combinaciones de colores, o bien colores lisos. Estos últimos son los ideales para tiendas. Por contra, para bloques de pisos está más de moda ahora los colores fantasía, mientras que los tonos degradé están en desuso. Por último, están los "estampados", que son diferentes por las dos caras; por una, el anverso, normalmente lo que queda hacia dentro corresponde a un dibujo de flores. El reverso suele ser un color liso, verde generalmente, aunque también se encuentran en otros colores.

Estudios recientes vienen a señalar que de la elección del color de la lona dependerá la sensación de confort y bienestar.

Rayos UVA

Atendiendo a la protección de la radiación solar, generalmente cuanto más oscuro es el color escogido más elevado es el porcentaje de los rayos UVA y UVB filtrados. Importante resulta también saber elegir la temperatura más conveniente para nuestro confort debajo de la lona. El factor solar permite evaluar el descenso de la temperatura percibida por las personas situadas debajo de la lona en condiciones estivales (temperatura del aire 30ºC sin viento).

En cuanto al bienestar, evidente es que el color influye en la atmósfera o ambiente que se tendrá bajo la lona. La luz del sol sufre una modificación al filtrarse a través de la fibra, modificando de esta manera nuestra percepción, "enfriando " o "calentando" el tono natural de la luz. Se percibirá frescor y tranquilidad debajo de una lona de color frío, mientras que una de tonos cálidos aportará un ambiente más sociable y estimulante. El blanco o el gris, en cambio, modifican muy levemente, creando una atmósfera relajada y templada. Por último, no hay que olvidarse de la necesaria protección visual que la sensibilidad de nuestros ojos necesita, evitando así cualquier fenómeno de deslumbramiento e incomodidad visual.