La casa que hoy les mostramos está situada en un pequeño pueblo en las cercanías de Palma, muy próximo a la Serra de Tramuntana -un factor definitivo que marcó el proyecto diseñado por la arquitecta Elena García-Ruiz y la aparejadora Victoria Vera Solivellas-, asentado en una zona elevada de tal modo que se pueden apreciar unas excelentes vistas panorámicas de las montañas pero también del resto del entorno, un generador de paz, de luz, de contrastes que había que aprovechar.

La arquitecta se basó en que hubiese un cuerpo geométrico principal en planta piso apoyado sobre dos muros estructurales de mampostería en la planta baja, proyectado de forma lineal que a su vez conforman la distribución interior y abren los espacios interiores hacia el exterior. El concepto de un cuerpo geométrico cuya estructura exterior es tan importante como la interior. De este modo, el diseño del arquitecto puede ser interpretado o bien como una caja con aberturas o bien como una habitación con demarcaciones.

La casa, con una situación privilegiada, dispone de unas vistas sin interrupciones hacia el entorno donde se encuentra, que se consiguen desde la ubicación de un patio de entrada y a través del acristalamiento que permite que el interior de las estancias comunes de planta baja sean una continuidad, en los espacios interiores y exteriores y que estos a su vez se confundan. Se consigue mediante las aberturas acristaladas.

Desde el patio de entrada se dispone de unas visuales hacia el interior de la casa hasta llegar a la terraza solarium de la piscina. La piscina está ubicada en la zona delantera a la vivienda, un metro por debajo respecto de la cota de asentamiento de la planta baja de la casa, de esta manera las visuales quedan ligeramente interrumpidas evitando así disponer la máxima armonía con el entorno.

El revestimiento del volumen de la planta piso está construido mediante planchas de hierro que dejan entrever las diferentes estancias interiores mediante sus aberturas y de forma informal dicho volumen queda asentado en dos de mampostería.

Los materiales utilizados en fachadas, tanto los muros de mampostería y el hierro (debido a la tonalidad que este va adquiriendo a lo largo del tiempo), hacen que sea posible la adecuada integración con el entorno que el arquitecto quiso respetar en todo momento.

La distribución interior se determinó de forma de que todas las estancias, tanto las zonas comunes, el salón, el comedor, la cocina en planta baja, y las habitaciones ubicadas en planta piso estuviesen orientadas todas hacia la Tramuntana, lo que permite disponer de una gran amplitud en cuanto a visuales.

La estancia de la cocina se integra hacia al comedor mediante una gran corredera. Y ésta, a su vez, dispone de un patio exterior y gran parte de cerramiento exterior es acristalado, aportando una luz natural hacia el interior.

La escalera lineal de hierro que comunica las dos plantas se dispone como un elemento escultural de la vivienda debido a la zona muy neutra en la que se ubica y gracias a la continuidad de las paredes y al pavimento continuo.

El hueco de escalera se ilumina con un gran lucernario dispuesto en el forjado superior de la vivienda. En planta piso, mediante un amplio distribuidor, se accede a cada una de las diferentes estancias de dormitorio, en las que también se integra una sala de baño, como el resto, oasis de luz y vistas, regalos de bienestar