Cuando eres mujer, hay ciertas actitudes que las llevas integradas. Avisar cuando llegas a casa, caminar con un ojo puesto en la espalda o montar un grupo de WhatsApp cuando una amiga va a quedar con un tipo que nadie de vuestro entorno conoce. Porque claro, nunca se sabe. Esto es algo que Tinder ha intentado enfrentar desde hace tiempo. De alguna manera, quisiera garantizar que sus usuarias (y también sus usuarios, aunque en menor medida) tengan la garantía de que la persona con la que van a salir es de fiar. ¿Cómo? Pues se les ha ocurrido que introducir una lista de antecedentes penales en al descripción de cada perfil puede ser una buena idea.

La empresa va en serio, cuenta Xataka, y ha contratado a una experta de seguridad de las mujeres de Uber para llevar a cabo esta transformación. Además, se han asociado con la organización de verificación especializada en asuntos penales Garbo para poder trabar los perfiles. La idea es centrarse en casos graves de homicidios y agresiones sexuales, aunque también hay delitos más leves que se relacionan con la violencia de género y que los responsables de Tinder quieren introducir de alguna manera.

La idea, sin embargo, es rara por varios motivos. El primero es que los antecedentes penales van a pasar a ser la forma de definir a algunas personas. O sea, que cuando te encuentres el perfil de un tío que ha estado en la cárcel por el motivo que sea y más si tiene que ver con agresiones sexuales, obviamente, vas a hacer swipe a la izquierda y a otra cosa. En otras palabras: la gente con antecedentes va a desaparecer de Tinder y eso es particularmente injusto para ellos si, realmente, han hecho el trabajo de rehabilitación que se supone que deben hacer durante su condena.

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Pero sobre todo, el problema de esta iniciativa es que la violencia de género va mucho más allá de las condenas. Es un problema estructural que no se elimina borrando del mapa a quienes la hayan cometido. De hecho, las administraciones trabajan para que esta gente deje de cometer crímenes, pero saben que las mujeres no están a salvo nunca. Dicho de otra forma. Remarcar en Tinder los antecedentes de unos pocos que han llegado a ser condenados no te da la garantía de que no vas a quedar con un agresor. La violencia adopta muchas formas y pocas acaban llegando a la justicia. Vamos, que si la idea es que las mujeres empiecen a quedar con gente sin preocuparse de acabar violadas, eso no va a pasar.

Y, finalmente, como avanza Xataka, la idea de Tinder no se limita a casos de agresión sexual u homicidio, sino que también hay antecedentes penales que pueden perjudicar especialmente a colectivos como las personas trans, las prostitutas, los migrantes, las personas pobres... No puede ser que Tinder te juzgue por tus casos pendientes (o zanjados) con la justicia. La violencia es mucho más amplia y la tenemos que atacar como sociedad.