El 80 por ciento de la contaminación marina se origina en tierra. Cada año llegan al océano 11 millones de toneladas de plástico. Y se estima que ya hay 51.000 millones de microplásticos en los océanos. Para afrontar este desafío, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) impulsa desde 2017 la campaña ‘Mares Limpios’, con ambiciosos planes en contra de la basura marina y la contaminación por plásticos, al que ya se han unido 63 países. España lo hizo en 2017.

Muchos de estos estados se han comprometido a reducir o erradicar los plásticos de un solo uso mediante legislaciones o reglamentaciones más estrictas. Otros apuestan por aumentar la inversión en instalaciones nacionales de reciclaje y promover planes de acción para prevenir daños al medio ambiente costero y marino.

En su siguiente fase, la campaña se enfocará en la causa raíz de la basura marina: las fuentes terrestres de contaminación, de las cuales surgen los desechos que más tarde se abren camino hacia los océanos a través de lagos y vías fluviales.

En este último año de la campaña, los gobiernos tienen “una oportunidad única” de sumarse a la acción global y adoptar las políticas necesarias para combatir la contaminación por plásticos, según el PNUMA.

Unirse significa estar de acuerdo con los objetivos de la campaña y tener acceso a una plataforma y a las mejores prácticas para orientar su trabajo y alentar a otros a actuar. “Al unirse, los países se comprometen a tomar medidas para liderar la lucha contra la contaminación por plásticos”, indica Leticia Carvalho, jefa de la subdivisión de Agua Dulce y Océanos del PNUMA.

“Necesitamos involucrar a más gobiernos”

“Necesitamos involucrar a más gobiernos” “Unirse significa estar de acuerdo con los objetivos de la campaña y tener acceso a una plataforma y a las mejores prácticas para orientar su trabajo y alentar a otros a actuar. No hay implicaciones financieras asociadas”, añade.

Los signatarios también pueden solicitar apoyo técnico del PNUMA para desarrollar sus planes de acción nacionales. Hasta ahora, los miembros de la campaña son países cuyos territorios albergan 60% de las costas del mundo.

“Pero necesitamos involucrar a más gobiernos, particularmente a los principales países productores de plástico, para tener éxito en nuestra misión de proteger nuestras aguas, ecosistemas y vida silvestre de la basura marina y la contaminación por plásticos”, señala Carvalho.

Junto con la pérdida de biodiversidad y la inestabilidad climática, la contaminación es una de las tres crisis planetarias que enfrenta la humanidad debido a la producción y el consumo insostenibles.

“Debemos arrojar luz sobre el impacto negativo de la basura marina y la contaminación por plásticos en la salud humana y planetaria. Esto se vuelve aún más urgente cuando se mira el paisaje terrestre y marino a lo largo de la cadena de valor”, apunta.

Mil ríos son responsables de casi 80% de las emisiones de plástico fluviales anuales en el mundo. Pero esto a menudo se pasa por alto. Esperamos involucrar a los gobiernos en la fuente para crear conciencia y fortalecer la legislación con el fin de fomentar mejores prácticas comerciales y de eliminación”, expresa Carvalho.

Un problema que afecta a la salud del Planeta

Un problema que afecta a la salud del Planeta “En última instancia, este es un problema que afecta la salud de nuestro planeta, nuestras sociedades y nuestros medios de vida. Los gobiernos deben desempeñar su papel para garantizar el derecho de sus ciudadanos a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible, gran parte de lo cual puede lograrse alentando y recompensando la innovación del sector privado”, comenta.

Las masas de agua “clave”, como ríos y lagos que se encuentran en países río arriba, representan algunas de las principales vías a través de las cuales fluyen los plásticos y la basura hacia las costas y océanos.

“De ahí la necesidad de que los países que custodian estos cuerpos de agua se unan a nuestros esfuerzos para prevenir tal flujo. Hasta ahora, dos países sin litoral se han unido a Mares Limpios. “El primero fue Paraguay Uganda se incorporó el mes pasado”, detalla Carvalho.

Los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) también tienen mucho que ganar y perder si no abordan rápidamente el problema de la contaminación. “La mayoría depende en gran medida del turismo en algunas de las playas y hábitats submarinos más idílicos del planeta”, resalta el PNUMA. En promedio, el turismo representa casi el 30% del PIB de los PEID.

Muchos PEID tienen algunas de las regulaciones más estrictas contra los plásticos de un solo uso y son “verdaderos líderes” en sus esfuerzos por proteger los mares y océanos de la contaminación provocada por el ser humano.

Objetivo, desarrollar planes de acción nacionales

Objetivo, desarrollar planes de acción nacionales Trece de los 39 PEID ya se han unido a Mares Limpios, lo que representa uno de los subgrupos más grandes de signatarios. El PNUMA confía en trabajar con aquellos que aún no son miembros y alinear sus esfuerzos con los objetivos de la campaña.

El PNUMA asegura que está listo para ayudar a los equipos de los países que se unan a la campaña y proporcionar su experiencia técnica con el fin de desarrollar planes de acción nacionales.

El programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha publicado un libro (https://spark.adobe.com/page/YZgiTSpy72fHj/) que presenta de forma visual e interactiva lo que significa ser un país de Mares Limpios, por qué es urgente que más gobiernos se sumen a este impulso y cuáles son las opciones disponibles para tomar medidas.

La campaña contribuye a los objetivos de la Alianza Global sobre la Basura Marina, una asociación voluntaria de composición abierta para agencias internacionales, gobiernos, empresas, academia, autoridades locales y organizaciones no gubernamentales interesadas en cooperar e innovar en la lucha contra la basura marina y la contaminación por plásticos.

Web de referencia: https://www.cleanseas.org/

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