Los atropellos de animales silvestres en la carretera no son solo un problema para la supervivencia de muchas especies, sino también un grave peligro para los conductores. En España, ya mueren más animales atropellados que por la caza, según las estadísticas. Ahora, una ley reforzará las medidas para atenuar este problema.

La Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados aprobó este lunes una proposición de ley prsentada por el Grupo Parlamentario Confederal Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común para la construcción de ecoductos o pasos de fauna y el establecimiento de medidas adicionales para “reducir las muertes de animales por atropellos en carreteras”.

“Las carreteras son una enorme amenaza para la biodiversidad en todo el mundo y la muerte de animales por atropellamiento es un problema global”, pues supone la pérdida de una gran cantidad de fauna silvestre, incluidas especies nativas y especies exóticas, ha asegurado en un comunicado el portavoz de Unidas Podemos Juantxo López de Uralde.

Según López de Uralde, en los últimos treinta años “los atropellos han superado a la cacería como la causa directa de mortalidad de vertebrados en tierra por parte del ser humano”.

Durante su exposición, López de Uralde manifestó su “preocupación”, especialmente por los datos de atropellos del lince ibérico y del lobo.

35 linces muertos por atropello en 2019

Respecto al lince, el diputado ecologista citó datos de WWF según los cuales en 2019 “perdieron la vida 35 linces por atropello” y “solo hasta agosto del año 2020 se habían contabilizado 32 muertes por atropello de esta especie”.

Por ello, la proposición urge a poner en marcha, en el plazo máximo de tres meses, los convenios de actuación firmados hasta la fecha para la protección de los linces en el marco del proyecto Iberlince, así como a ejecutar las partidas anunciadas desde 2015.

En el caso del lobo, “el número de fallecimientos registrado y documentado en las carreteras españolas fue de 81 entre el año 2011 y el 2020″, de acuerdo con la asociación Lobo Marley.

La propuesta, que se aprobó con una enmienda transaccional entre el Grupo Confederal y el Grupo Socialista, tuvo 18 votos a favor y ninguno en contra, aunque el PP se abstuvo.

Así, el Congreso insta al Gobierno a “identificar y señalizar adecuadamente los tramos de alta siniestralidad de atropellos de fauna salvaje en las carreteras españolas, especialmente aquellos en los que persisten y aumentan los atropellos a linces ibéricos y lobos y otras especies protegidas”.

Este listado de puntos negros para la fauna en la red viaria española deberá estar redactado en el plazo de un año.

Además, se prevé  “establecer puntos controlados de cruce a nivel, con una señalización de advertencia que permita a los conductores extremar las precauciones” y la creación de pasos de animales para «redirigir a la fauna» que sirvan para aumentar la seguridad tanto de los conductores como de los animales.

Plan SAFE con voluntarios para crear la primera estadística

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) puso en marcha recientemente el Plan Stop Atropellos de Fauna Española (SAFE).

Se trata de una iniciativa de ciencia ciudadana para evaluar la mortalidad de fauna por atropellos en vías de transporte con el fin de sacar por primera vez a la luz las cifras de la mortalidad de especies de vertebrados que se producen en las carreteras españolas y contribuir a la seguridad vial.

Durante el acto se explicaron los objetivos de SAFE y se detallaron los protocolos y metodologías que se van a aplicar.

La recogida de datos del Plan SAFE se realizará mediante ciencia ciudadana. Es decir, los voluntarios implicados en el proyecto elegirán un itinerario y lo recorrerán en bicicleta, a pie o en coche al menos una vez al mes durante un año, y anotarán todos los animales atropellados mediante aplicaciones para dispositivos móviles o bien de forma manual.

El éxito se alcanzará sólo gracias a la implicación voluntaria de numerosas personas. Para facilitar esta participación, se presentaron materiales que servirán para facilitar las tareas de los voluntarios.

La recopilación de datos sobre estos itinerarios fijos proporcionará una primera oportunidad para cuantificar la mortalidad de fauna por atropellos en el país, evaluar qué especies se ven más afectadas por esta problemática y conocer qué factores (qué tipos de hábitats o vías, qué épocas del año) influyen en que se atropellen más o menos animales.

Además, el objetivo de la iniciativa es que el voluntariado mantenga las visitas a sus itinerarios más allá de ese horizonte temporal, y que nuevas personas voluntarias se incorporen con rutas adicionales, dando lugar a una red de seguimiento de los animales atropellados.

El proyecto será desarrollado por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), y cuenta con la colaboración de tres sociedades científicas: la Asociación Herpetológica Española (AHE), el principal referente de los anfibios y reptiles de España; la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) y la Sociedad Española para la Conservación y el Estudio de los Mamíferos (SECEM).

Las tres sociedades movilizarán a todos sus voluntarios en el mayor trabajo de campo que se ha hecho hasta la fecha en nuestro país para recoger los datos y las observaciones de animales atropellados.

«Lo que se pretende es sacar a la luz por vez primera las cifras de la mortalidad de especies de vertebrados que cada año se producen en las carreteras», explica Georgina Álvarez, que trabaja como jefa de servicio de Análisis Territorial en la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Miteco.

¿30 millones de animales atropellados al año?

El atropello de fauna es uno de los impactos más evidentes que producen las vías de transporte en los ecosistemas, pero existe poca información de la mortalidad de fauna que genera el tráfico rodado y lo que se conoce está disperso en distintas fuentes.

En 2003, la Sociedad para la Conservación de los Vertebrados hizo un estudio que arrojaba que unos 30 millones de animales morían cada año bajo las ruedas de algún vehículo. Se trataba de una estimación mínima, puesto que no se incluyeron muchos caminos de cascos urbanos ni factores de corrección externos.

Sin embargo, aquel estudio ya clasificaba las decenas de miles de animales que literalmente se dejan la piel en el asfalto: aproximadamente 9 millones de anfibios (principalmente ranas y sapos), 4 millones de reptiles, 12 millones de aves y cinco millones de mamíferos, entre los que abundan perros, gatos, jabalíes, conejos, corzos, ciervos y linces ibéricos, especie esta última que tiene en los atropellos su principal causa de muerte.

Además, cuanto más tiempo permanecen los cadáveres de los animales atropellados en la calzada, o incluso en el arcén, más probabilidad hay de que predadores o carroñeros acudan a comerlos y den lugar a nuevos atropello o accidentes.