¿Sabían que los edificios representan hasta el 40 % del consumo de energía final de la Unión Europea? Ojo al dato, que impacta. Lo aporta María Prado, responsable de Renovables y Transición Energética de Greenpeace España y quien se muestra convencida de que es tan posible como necesario cambiarlo. “Al final, estamos hablando de eficiencia energética, que no es más que el sentido común de toda la vida que aplicaron nuestras abuelas y nuestras madres para ahorrar. Se trata de hacer un uso de la energía coherente a través de métodos constructivos, lo que también redunda en una actitud más amigable para el medio”. 

Así es: algo tan simple como hacer una revisión del aislamiento de la casa puede ayudar a reducir en mucho el uso de calefacción y, de esa forma, dar un paso más a la hora de hacer de nuestro hogar un lugar sostenible. “Esto es súper importante en el día a día de cualquier usuario individual y supone una inversión muy pequeña como añadir un pladur en el interior de casa”. 

En la misma línea, apunta a que es vital controlar la temperatura de la casa con un termostato y evitar los saltos térmicos bruscos. Lo cierto es que resulta mucho más eficiente mantener una temperatura media y variarla suavemente en las horas centrales de estancia en el hogar. Asimismo, recomienda vestirse con ropa adecuada a la época o mantener las puertas y ventanas cerradas cuando se haga uso de la calefacción. Algo tan lógico como esto y que, en cambio, sigue viéndose en muchas casas. 

Además, si queremos evitar el calentamiento global “tenemos que ser tajantes y hacer el cambio”. Así las cosas, Prado apuesta por empezar a pensar en calefacciones no basadas en combustibles fósiles. Menciona fuentes de energías renovables como los colectores solares, el biogás o los recursos geotérmicos energéticos que, dice, “empiezan por fin a despegar”. También la biomasa, “con un gran potencial en Galicia”, que remite a los sistemas de leña. En concreto, a las unidades de leña que queman pellets, virutas de madera, etc.

“En el fondo, el punto cómico que tenemos aquí es que no estamos haciendo nada que no hiciesen nuestros abuelos, con la leña, por ejemplo. No estamos reinventando la rueda”, se despide.