Investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) han descubierto que las personas mayores y de mediana edad que viven en barrios con más zonas verdes tienen menos riesgo de síndrome metabólico -un conjunto de afecciones que incluye obesidad e hipertensión- que aquellas que viven en vecindarios con menos zonas de vegetación.

El estudio, publicado en 'Environmental Pollution', ha analizado por primera vez la relación entre los espacios verdes cerca de la vivienda y el conjunto de este síndrome con datos de más de 6.000 personas del Reino Unido de entre 45 y 69 años, ha explicado el centro, impulsado por La Caixa.

La primera autora del estudio e investigadora del ISGlobal, Carmen de Keijzer, ha explicado que esta vinculación se puede deber a "las oportunidades que ofrecen los espacios verdes para realizar actividad física, así como la mitigación de la exposición a la contaminación del aire".

Síndrome metabólico

El síndrome metabólico es un conjunto de afecciones que se presentan al mismo tiempo y que incluye obesidad, hipertensión, niveles altos de azúcar en sangre y niveles anormales de grasa, y son un factor de riesgo importante para enfermedades no transmisibles (ENT) como ataques cardíacos, diabetes e ictus.

El también autor Payam Dadvand ha destacado que encontraron más beneficios para la salud en el caso de los espacios verdes que contaban con más cobertura de árboles, "lo que proporciona una base para futuras investigaciones para identificar las características de la vegetación que influyen positivamente en la salud".

Salud Pública

"Los espacios verdes podrían ayudar a reducir la carga de las enfermedades no transmisibles, una de las principales prioridades actuales en salud pública, necesitamos ciudades más verdes y, por tanto, ciudades más saludables", ha añadido Dadvand.

Observaron una asociación más fuerte en las mujeres que en los hombres: "Ellas, en general, pasan más tiempo en el entorno residencial, lo que podría explicar esta diferencia de género", ha argumentado Keijzer.

El estudio longitudinal se basó en datos de la cohorte Whitehall II del Reino Unido, más de 6.000 personas a las que se realizaron cuatro seguimientos entre 1997 y 2013 que incluyeron diversas pruebas, como análisis de sangre y medición de la presión arterial y el perímetro de la cintura, y la vegetación en torno al domicilio se estimó a partir de imágenes vía satélite.

Las conclusiones sugieren que la exposición a largo plazo a los espacios verdes puede desempeñar un papel en la prevención del síndrome metabólico, incluyendo también cada componente individual por separado, como un perímetro grande de cintura, niveles altos de grasa en sangre o hipertensión.

Un estudio reciente de ISGlobal concluía también que las personas que viven en áreas con más espacios verdes tienen un declive físico más lento, mientras que la reducción del estrés, el hecho de vivir más años o un mejor estado de salud general y mental son otros de los beneficios para la salud que señala la ciencia.