Los procesos fisiológicos asociados a una respuesta de estrés psicológico agudo producen cambios en el aliento y el sudor humanos que los perros pueden detectar con una precisión del 93,75%, según un nuevo estudio.

Los perros sienten las emociones que experimentamos, enfocándose no solo en la vista, sino también en el olor, descubrieron psicólogos del Reino Unido.

Un estudio realizado con 36 personas y cuatro perros mostró que las mascotas pueden detectar la tensión nerviosa de una persona con su sentido del olfato y distinguir entre el olor del estrés y el olor de la serenidad, informan los autores de esta investigación en un artículo publicado en en PLoS One.

Durante miles de años de convivencia con los humanos, los perros han aprendido a interactuar efectivamente con nosotros. Pueden leer las emociones humanas e influir en ellas. Gran parte del mundo canino se basa en el olfato.

Dado el sentido notable del olfato de los perros, su estrecha historia de domesticación con los humanos y su uso para apoyar las condiciones psicológicas humanas como la ansiedad, los ataques de pánico y el trastorno de estrés postraumático (TEPT), los investigadores se preguntaron si los perros podrían estar percibiendo señales químicas para responder a los estados psicológicos de sus dueños.

Muestras de aliento y sudor

En su estudio, recogieron muestras de aliento y sudor de personas no fumadoras que no habían comido ni bebido antes del experimento.

Las muestras se recogieron antes y después de una prueba aritmética de ritmo rápido, que implica un nivel de estrés, y durante el experimento se midieron la frecuencia cardíaca y la presión arterial de los participantes.

Las muestras obtenidas de 36 participantes que declararon un aumento del estrés a causa del ejercicio matemático, y que experimentaron un aumento de la frecuencia cardiaca y presión arterial mientras hacían sus cálculos, se mostraron a perros entrenados las tres horas siguientes a su recogida.

Cuatro perros de diferentes razas habían sido entrenados previamente, para que aprendieran a buscar una alineación de olores y a alertar a los investigadores sobre la muestra que correspondía a signos de estrés.

En la prueba, se pidió a los perros que encontraran la muestra de estrés del participante (tomada al final de la tarea) mientras que la muestra relajada de la misma persona (tomada sólo unos minutos antes, antes de que empezara la tarea) también estaba en la fila de muestras.

Alto porcentaje de aciertos

En general, los perros pudieron detectar y realizar su comportamiento de alerta en la muestra tomada durante el estrés en 675 de 720 ensayos, es decir, el 93,75% de las veces, mucho más de lo que se esperaría al azar.

La primera vez que se expusieron en las muestras estresadas y relajadas de un participante, los perros alertaron correctamente de la muestra estresada el 94,44% de las veces. El rendimiento de los perros individuales osciló entre el 90 y el 96,88% de precisión.

Los autores concluyen que los perros pueden detectar un olor asociado al cambio en los compuestos orgánicos volátiles producidos por los humanos en respuesta al estrés.

Los autores consideran que su estudio demuestra suficientemente que los perros pueden discriminar entre el aliento y el sudor de los humanos, antes y después de una tarea que les induce estrés, a través del olfato.

Perfil alterado

Este hallazgo confirma que una respuesta de estrés psicológico agudo y negativo altera el perfil de olor de nuestro aliento/sudor, y que los perros son capaces de detectar esos cambios de olor, concluyen los investigadores.

Añaden que esta investigación ratifica que los perros no necesitan señales visuales o de audio para detectar el estrés humano.

Este es el primer estudio de este tipo y proporciona evidencia de que los perros pueden oler el estrés solo con el aliento y el sudor, lo que podría ser útil al entrenar perros de servicio y perros de terapia.

Referencia

Dogs can discriminate between human baseline and psychological stress condition odours. Clara Wilson et al. PLOS ONE, September 28, 2022. DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pone.0274143