Un enorme objeto celeste, que tiene entre 100 y 370 kilómetros de ancho y que fue descubierto en 2014, pasará cerca de la Tierra (a escala solar) en 2031 siguiendo una órbita de 612.190 años alrededor del Sol. Denominado 2014 UN271, sus medidas lo ubican entre el tamaño esperado de un planeta menor y el de un cometa.

En la actualidad está ya más cerca del Sol que Neptuno (octavo planeta en distancia respecto a nuestra estrella) y en su momento más próximo casi rozará la órbita de Saturno, el sexto planeta del Sistema Solar con relación al Sol.

Previamente, los especialistas creen que debería desarrollar la coma y la cola características de un cometa, en tanto que el material helado presente en su superficie se convierta en vapor por acción del calor del Sol.

Actualmente, el objeto se encuentra a unas 22 Unidades Astronómicas (AU) del Sol, la unidad que se emplea en la medición de órbitas y trayectorias dentro del Sistema Solar. La Tierra, por ejemplo, se ubica a 1 AU del Sol. Pero 2014 UN271 viaja a toda velocidad: en los últimos 7 años, ha recorrido una distancia equiparable a 7 AU.

Una órbita inusual y excéntrica

Su periplo ha llamado la atención de los astrónomos: describe una excéntrica trayectoria orbital entre el Sistema Solar interior y la nube de Oort, una «cáscara» que rodea a nuestro sistema planetario y marca el límite con el espacio interestelar.

Se trataría del objeto celeste relacionado con la nube de Oort más grande jamás descubierto, a una escala similar o incluso mayor que el enorme cometa C / 1729 P1 o Cometa Sarabat, descubierto en Nimes el 1 de agosto de 1729 y considerado hasta hoy como el cometa de mayores dimensiones alguna vez visto.

La nube de Oort es una nube esférica conformada por objetos transneptunianos, que se localiza en los límites del Sistema Solar, aproximadamente a un año luz del Sol. Presenta miles de millones de cuerpos helados, que siguen órbitas alrededor de nuestra estrella máxima. Fue descubierta en 1950 por el astrónomo holandés Jan Hendrik Oort.

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Una oportunidad única

La visita de este objeto representa una oportunidad extraordinaria para que los astrónomos estudien cómo se ve una roca espacial como 2014 UN271, sin tener que lanzar una sonda espacial y esperar el tiempo que tardaría en aproximarse a ella. El espectáculo no será visible desde la Tierra sin instrumentos sofisticados.

Según un artículo publicado en newatlas.com, aunque el avistamiento no estará al alcance de cualquier persona, se cree que el objeto celeste podría alcanzar el brillo que presenta Plutón en el firmamento. En cualquier caso, los expertos podrán obtener sensacionales tomas desde telescopios y observatorios especializados.

De regreso a la nube de Oort

Una vez concretado su paso por el área más cercana a la Tierra, 2014 UN271 se lanzará nuevamente al insondable cosmos. Atravesará la oscuridad universal a lo largo de cientos de milenios en su viaje de regreso a la nube de Oort.

Sin embargo, en nuestro planeta perdurará por largo tiempo el recuerdo de su fugaz aparición y quedarán los registros que puedan obtenerse, potenciados por las nuevas tecnologías que observación que estarán disponibles dentro de una década.

Precisamente dichos registros significarán oro en polvo para los astrónomos, que podrán obtener datos de gran valor en torno a esta clase de objetos celestes, sus trayectorias y su vinculación con la historia del Sistema Solar.

Foto: el objeto estelar 2014 UN271 está ingresando en el área de los planetas de nuestro Sistema Solar desde la nube de Oort. Llegará al punto más cercano a la Tierra en 2031, para luego perderse nuevamente en la oscuridad del universo. Crédito: Tony873004 en Wikimedia Commons.