Un nuevo estudio desarrollado por científicos de las universidades de Aberdeen (Escocia), Leicester (Inglaterra) y UiT, la Universidad del Ártico de Noruega, comprueba la existencia de una región cerebral directamente implicada en el deseo de alimentos con alto contenido en proteínas. El área tegmental ventral (VTA), genera un sistema de alerta que se activa al advertir la falta de proteínas en nuestra dieta.

La ingesta de proteínas es esencial para la vida. Necesitamos proteínas y aminoácidos para numerosos procesos biológicos y la única forma de adquirirlos es a través de la ingesta de alimentos. Ahora, la nueva investigación comprueba que el cerebro detecta la falta de proteínas y nos induce a comer alimentos que las contengan.

Falta de proteínas y problemas de salud

Junto a los requerimientos nutricionales, se sabe además que un equilibrio adecuado en la dieta entre carbohidratos, proteínas y grasas puede prevenir diferentes enfermedades, entre ellas la obesidad.

El incremento en la obesidad infantil, una peligrosa tendencia que se aprecia a nivel mundial, tiene como causa principal una conducta alimenticia que privilegia en demasía a los carbohidratos simples y las grasas, presentes en los alimentos industrializados y la comida rápida.

Además, la insuficiencia de proteínas puede provocar otros serios problemas de salud. Una dieta carente de la cantidad necesaria de proteínas predispone por ejemplo a la fatiga crónica, una patología que impide contar con la energía necesaria para realizar nuestras actividades cotidianas.

El cerebro y su sabiduría

Sin embargo, el nuevo estudio publicado en Journal of Neuroscience demuestra que el cerebro intenta llevarnos por el camino correcto: impulsa nuestros comportamientos alimenticios de acuerdo con las necesidades del organismo en cada momento.

En consecuencia, posee un área específica dedicada a informarnos sobre un mayor requerimiento de proteínas, estimulando su consumo.

De acuerdo a una nota de prensa, los experimentos y observaciones realizadas en roedores permitieron comprobar que el área tegmental ventral (VTA, según sus siglas en inglés) se activó especialmente cuando los animales siguieron una dieta extremadamente baja en proteínas.

Se sabe que esta región cerebral, localizada en el mesencéfalo o cerebro medio, tiene un papel crucial en los comportamientos relacionados con la búsqueda y elección de alimentos.

Pero se desconocía hasta el momento que funcionara como una alarma ante un descenso en el nivel de proteínas. Los especialistas lo comprobaron al apreciar que se activaba notablemente en los roedores cuando los mismos pasaban de una dieta equilibrada a una con una fuerte reducción proteica. Inmediatamente, el VTA se «encendía» para estimular a los animales a incrementar el consumo de proteínas.

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En el ser humano

En el mismo sentido, pudieron apreciar que esta zona del cerebro se activaba para que los roedores eligieran las proteínas por sobre los carbohidratos, ante una situación en la cual debían optar entre estas dos posibilidades.

Los investigadores sostienen que el funcionamiento del VTA sería similar en el cerebro humano. Sin embargo, será necesario comprobar que la actividad neuronal relacionada con el VTA responde a los mismos parámetros en otros mamíferos de mayor tamaño y en el ser humano.

Frente a esto, los hallazgos podrían ser de gran utilidad para desarrollar nuevos y mejores tratamientos específicos para la obesidadobesidad. Las dietas excesivamente bajas en proteínas contribuyen especialmente con la obesidad, pero sabiendo más sobre el cerebro y la función de cada uno de sus sectores puede ser posible modular y regular ciertos comportamientos alimenticios perjudiciales para nuestra salud.

Referencia

Protein Appetite Drives Macronutrient-Related Differences in Ventral Tegmental Area Neural Activity. Mirthe Simone Snoeren and James Edgar McCutcheon. Journal of Neuroscience (2021).DOI:https://doi.org/10.1523/JNEUROSCI.3082-20.2021

Foto: Sam Moqadam en Unsplash.