Empieza con la 'P': concurso que lleva 20 años de emisión en España, que ha pasado por Antena 3 y Tele 5 y que actualmente presenta Roberto Leal. La respuesta, como muchos sabrán, es "Pasapalabra", el concurso líder de la televisión, que cumple 100 ediciones en su nueva etapa en Antena 3, cadena en la que comenzó su andadura en el año 2000.

Desde esos inicios, con Silvia Jato al frente, el programa ha ido evolucionando, cambiando de cadena y de presentador (por él han pasado también Christian Gálvez, Constatino Romero, Jaime Cantizano y, hace poco, Manel Fuentes) y variando algunas de sus pruebas, aunque ha mantenido prácticamente intacta una de ellas: el rosco, el reto final al que se enfrentan los participantes del show nacido en la tele británica. Detrás de su prueba estrella, con la que los concursantes pueden embolsarse el suculento bote, está un equipo de cuatro guionistas, coordinados por Borja Pérez, que la prepara a conciencia.

"Nuestras fuentes son, principalmente, el diccionario de la RAE y el María Moliner, además de dos enciclopedias en las que nos apoyamos para buscar las preguntas que no se encuentran ahí, como las relacionadas con un país, un escritor o una película", explica el coordinador de guiones de 'Pasapalabra', que recalca lo mucho que mira su equipo por ajustar el nivel de dificultad para los dos concursantes que compiten cada día: "La idea siempre es igualar los roscos al máximo", apunta. Porque la prueba no solo la revisan los guionistas, sino también una lingüista y el director, que es el que tiene la última palabra.

Pero luego, en el rodaje, siempre puede haber algún cambio. "A veces el concursante nos dice una palabra que nosotros no teníamos contemplada pero se ajusta a la definición y la tenemos que dar por válida", apunta Pérez. En esos casos, que se producen de tanto en tanto, tienen que recurrir a la edición. "Repetimos y luego, en casa, ni se nota ese pequeño corte".

El vocablo en cuestión lo incorporan a sus archivos y, como otros, puede volver a salir en el programa. "Repetimos porque el diccionario es finito", justifica.

En cambio, las que hace años que ya no aparecen en el rosco son la 'K' y la 'W', que les daban poco juego porque no hay muchas palabras en castellano que empiecen con esas letras.