"Sería un espía muy malo porque soy torpe y callado", dice Otto Farrant, el actor británico de 20 años que da vida al espía Alex Rider en una serie que llega en septiembre a Movistar+ y que busca borrar el mal sabor de boca del frustrado intento de crear una franquicia para la gran pantalla en 2006.

Está basada en la saga literaria homónima de Anthony Horowitz, sobre un joven que recibe la noticia que su tío Ian fue asesinado cumpliendo su deber como espía británico, y no en un accidente automovilístico como le dijeron. A partir de ahí todo cambia para este adolescente que hasta ahora era un chico con una vida corriente.

"Alex es un chico normal que simplemente intenta encajar con los demás haciendo cosas de jóvenes como ir de fiesta o salir con sus amigos; pero a su vez es muy inteligente para la edad que tiene, se le da muy bien escalar o perseguir coches con su bici, y todo esto es porque le han estado preparando para ser espía sin él saberlo", cuenta Farrant sobre su personaje.

Es su primer papel protagonista, aunque ya había trabajado con pequeñas intervenciones en "La reina blanca" (2013), "Guerra y paz" (2016) o "Mrs Wilson" (2018).

"Alex Rider" obvia el primer libro y salta al segundo, "Point Blanc", que pone al joven como infiltrado de la división de Operaciones Especiales del MI6 en un internado de los Alpes al que suelen mandar a niños ricos y problemáticos. Allí, durante ocho episodios, deberá mantener su misión en secreto.