Oficialmente me declaro un viejales. Y después del espectáculo de ayer en Antena 3 con el estreno de la serie 18 (RDC), todavía más. Ya no estoy en la onda como diría Ramoncín en sus tiempos mozos. O más bien, es la onda la que me ha abandonado a mi.

Hace dos semanas, mostraba mi preocupación sobre el grado de atontamiento que muestran los adolescentes en pantalla (bueno, pseudoadolescentes porque habría que ver qué edad tiene cada uno en cada pata) cuando Cuatro estrenaba HKM y mis miedos se confirmaron ayer cuando tuve que presenciar lo que ocurría en la serie ¿de la temporada? de Antena 3.

Para los que no la hayan visto, trataré de hacer un pequeño resumen: David y Natalia son dos chicos que están a punto de cumplir la mayoría de edad. David es un bailarín (para disfrute de los fanáticos de Fama, no en vano es un ex) de hip-hop. Natalia, en cambio, es cantante del grupo de pop que da nombre a la serie 18 RDC (lo de RDC es Ritmo de la Calle, ojo al dato) y triunfan entre el graderío de su instituto con un tema que pretende ser un himno generacional y no deja de ser un peñazo que esperemos que no dure generaciones. El grupo de uno y el conjunto de la otra están enfrentados, ya se sabe, por estas cosas de las guerras entre tribus urbanas. Aún así, ambos están condenados a entenderse porque los une el hermano de Natalia.

Siento estropearles el final pero es que no me puedo resistir a comentar una cosa. El que pensó en matar al hermano de Natalia atropellado por un tren, ¿no se le ocurrió que acabaría hecho pedacitos? Porque el cuerpo del muchacho estaba impoluto. ¡Ni un rasguño!. Yo lo calificaría, en los tiempos en los que estamos, de milagro.

Luego, es que es más de lo mismo. Me produce una pereza increíble tener que hablar de series de adolescentes que acumulan tópicos y más tópicos. Y es que me supera ese aire cool que tienen los personajes vestidos cual saltimbanquis (David huye a duras penas de la escena del atropello del tren porque lleva los pantalones tan caídos que apenas puede mover las piernas) porque es más moderno y están vacíos de historia, de contenido. No tienen garra, no tienen chicha, no tienen nada.

Queridos Reyes Magos, este año he sido bueno y os pido que Antena 3 coloque la serie a la hora de la siesta. Tengo problemas para conciliar el sueño y puede que un poco de 18 me ayude a dormir un poco.