Para ello, la organización del concurso cede a los adolescentes varios bebés a los que tienen que cuidar, todo ello bajo la supervisión de los padres de los participantes, que los vigilan a través de un sistema de videovigilancia desde una casa cercana. Así, en el caso de que algo ocurra, podrán entrar en la vivienda donde se desarrolla el programa para ayudar a sus hijos.

El objetivo es que los adolescentes descubran que el cuidado de los bebés no es tan sencillo, así como que se conozcan a sí mismos. De hecho, el 'reality' no es como los que habitualmente se emiten en televisión ya que ni hay expulsiones, ni ganador, ni premio, según una información de Los Angeles Times, recogida por otr/press.

Tras su estreno en Reino Unido la polémica no tardó en aparecer, ya que el formato fue visto por la audiencia como algo inmoral al permitir a adolescentes cuidar de niños pequeños sin tener ninguna experiencia al respecto. No obstante, la BBC intentó apaciguar los ánimos alegando que los padres de los bebés habían dado su consentimiento para que los cuidaran los adolescentes, y que una niñera vigilaba sus movimientos en todo momento para intervenir si fuera necesario.