Los concursantes de 'Operación Triunfo' son el ejemplo vivo de esa filosofía tan 'pop', en cuyas elucubraciones no se tuvo en cuenta qué pasa cuando se apagan las luces del escenario y la fuerza mediática de las cámaras abandona a sus protagonistas. El resultado: sólo ocho de los 82 'triunfitos' han tenido éxito en su carrera musical y el resto compatibiliza como puede un empleo con el hobby con el que un día creyeron poder vivir.

Teniendo en cuenta que ya van ocho ediciones de 'Operación Triunfo' y que por los escenarios del programa de televisión -en una u otra cadena- han pasado 82 personas, más las que quedan, podría parecer que en España el panorama musical está copado de 'triunfitos', pero nada más lejos de la realidad. De hecho, son pocos los nombres propios que han pasado por el trance del concurso que todavía permanecen en el imaginario colectivo: Bisbal, Bustamante, Chenoa, Rosa, Manu Tenorio, Manuel Carrasco, Nuria Fergó... y pare usted de contar.

Hay otros nombres que siguen sonando, como el de Soraya, pero que todavía siguen en la cresta de sus diez minutos de fama y que están a la espera de ver qué pasará después; preguntenle a Beth, flamante representante de España en Eurovisión en 2003, que trata de abrirse hueco con una música menos comercial y sin el tirón de ser una 'triunfita'. Ainhoa, ganadora de la segunda edición de Operación Triunfo sabe bien lo que es apearse de la cresta de la ola, como explica en declaraciones a 'Interviú' recogidas por otr/press: "Ganar OT no garantiza el éxito, fama ni dinero, ni te convierte en artista. Hay que trabajar para que la gente no te vea como un producto OT".

Ainhoa lanzó un primer disco el año en que salió de 'OT' (2003) llamado 'Esencia natural', con el que vendió más de 150.000 copias y obtuvo un disco de oro y otro de platino; un año más tarde publicó 'Mi tiempo roto', que vendió 50.000 copias y logró un disco de oro. Durante la promoción de ese segundo álbum, abandonó Vale Music, la fábrica de los 'triunfitos', porque "quería ser cantautora y la compañía sólo quería una solista". Su tercer disco, 'Imperfecta' es de descarga gratuita ('www.ainhoa.info) y aparece junto a un enlace en el que se pueden realizar donaciones para un posible cuarto disco.

VIDAS PARALELAS

Y como ella, Vicente Seguí, ganador de la tercera edición de 'OT', vendió 50.000 copias de su primer disco 'Confidencias', 7.000 copias de su segundo álbum 'Gardel mediterráneo' y ahora planea grabar un disco financiado por el Ayuntamiento de Villamarchante, su pueblo natal, de canciones falleras; "no puedes pedir más de lo que el mercado te da", reconoce Vicente. Ha tenido suerte, su compañero de edición José Giménez sólo se llevó del programa 2.400 euros y un coche, y ahora conduce una carretilla elevadora, trabajo que compatibiliza con algunas actuaciones esporádicas.

Héctor Rojo trabaja en un centro asistencial de la Diputación de Alicante, y tiene previsto sacar su primer disco este año, más de dos años después de haber salido de OT. Miguel Moreno amasó una buena cantidad de dinero haciendo de contertulio en distintos programas de televisión, pero cuando acabó la edición del concurso en la que había participado se vio obligado a volver a la universidad para continuar con los estudios. Janina, de la cuarta edición, es profesora de baile en gimnasios de Gran Canaria, y planea salir de España para quitarse de encima la lacra de 'triunfito'.

Y es que, si a veces la fama es insuficiente, otras, pesa demasiado. Federico Monreal, participante de la tercera edición de OT, lo sabe bien. "En el musical 'Hoy no me puedo levantar' nadie confiaba en mí por ser un 'triunfito'. Pasé cuatro meses haciendo un papel secundario hasta que comprobaron que valía para un protagonista", explica en declaraciones a 'Interviú'. Federico partirá próximamente a Miami, a intentar emprender la carrera musical que en España no ha podido y con la que muy pocos de sus compañeros han conseguido el éxito.