Los biólogos han documentado, por primera vez, una segunda temporada de reproducción en el ciclo anual de cinco especies de aves canoras que emigran desde América del Sur y Central a América del Norte, según un artículo que publica hoy la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los científicos ya sabían que estas especies, que vuelan en su migración durante la noche cuando hay menos predadores y las estrellas guían su travesía, se reproducen durante su estancia en las regiones templadas de Canadá y Estados Unidos.

Pero ahora han determinado que tienen una segunda temporada de reproducción durante una escala en el oeste de México durante su migración al sur, dijo Sievert Rohwer, de la Universidad de Washington.

"Básicamente no teníamos información de que un ave migrante nocturna tuviese una segunda temporada de crías", añadió. "Ha sido una observación muy especial: vimos que estas aves se reproducían en el sur y eso nos sorprendió completamente".

La doble temporada de reproducción se ha observado en la travesía hacia el norte de dos especies de aves que emigran de Africa a Europa, pero ésta fue la primera observación documentada de "doble reproducción" en las Américas, y la primera en cualquier parte del mundo durante el vuelo hacia el sur.

Los científicos viajaron a las tierras bajas de la costa oeste de México, donde hay forestas espinosas, para colectar datos de aves canoras que habían criado a sus pichones en Estados Unidos y Canadá y luego habían emigrado inmediatamente a México para mudar de plumaje.

Pero durante los meses de julio y agosto, en tres veranos consecutivos (hemisferio norte) de 2005 a 2007, los investigadores encontraron que aves de cinco especies - cucús de pico amarillo, oropéndolas de jardín, oropéndolas de capucha, chats de pecho amarillo (Icteria virens), y los vireos de Cassin- que en lugar de mudar de plumaje estaban teniendo crías.

De hecho los investigadores encontraron que estas aves habían tenido crías más temprano en el año.

Las hembras de las cinco especies examinadas en julio tenían pechugas de nidada secas y sin plumas, lo cual indicaba que habían tenido las crías más temprano en el verano.

A fin de transferir el calor de manera más eficiente a los huevos la parte inferior de la pechuga de la hembra pierde las plumas y se engrosa con fluidos cuando el ave incuba, pero cuando el ave joven madura esa área se seca y permanece sin plumas.

Asimismo los biólogos encontraron nidos de dos especies y machos de las cinco especies que cantaban y defendían territorios, o hembras guardianas. Estos son comportamientos vinculados con la cría de pichones.

Estas observaciones, dijo Rohwer, son más que una rareza en la conducta de las aves.

Rohwer señaló que las orpéndolas de jardín pueden tener una primera cría en el Medio Oeste y la región sur y central de Estados Unidos y una segunda en la costa oeste de México, y aún así ambas nidadas de crías encuentran la misma área de invernada en América Central.

El enigma, por ahora, es cómo ambos grupos encuentran el sitio exacto de invernada, dado que deben viajar en direcciones diferentes.