Geólogos letones confirmaron hoy que la supuesta caída de un meteorito anoche en un granja de Letonia fue un engaño escenificado por personas deseosas de hacer negocio atrayendo a curiosos y turistas al lugar del suceso.

"En los límites del cráter se ven los rastros de las palas y se observa como se arrancaron las malas hierbas. Esta es la versión oficial a la que hemos llegado", aseguró Girts Stinkulis, jefe del departamento de geología de la Facultad de Geografía de la Universidad de Letonia, a la agencia Baltic News Service (BNS).

El experto añadió que "las dimensiones del cráter no se corresponden con las que suelen dejar habitualmente los meteoritos al caer".

"El terraplén es demasiado pronunciado y su profundidad demasiado grande", dijo el geólogo, que añadió que su opinión es compartida unánimemente por expertos universitarios con experiencia en meteoritos.

Stinkulis opinó que el objeto incandescente que se pudo ver en las imágenes y fotografías reproducidas por los medios de comunicación pudo ser polvo de aluminio.

En cuanto a los protagonistas del engaño, el profesor universitario comentó que, posiblemente, estos buscaran "crear escándalo u otra cosa".

La agencia oficial rusa RIA-Nóvosti y varios canales de televisión informaron hoy sobre la caída de un meteorito anoche en el norte de Letonia, junto a la frontera con Estonia.

El meteorito habría caído en una granja en la afueras de la localidad de Mazsalaca y habría creado un cráter de 20 metros de diámetro.

Las autoridades locales, que en un primer momento no pudieron precisar si se trataba de un meteorito o un fragmento de un satélite artificial, acordonaron el lugar donde cayó el objeto procedente del cielo.

"Lo más probable es que se trate de un meteorito de hierro con un un diámetro de cerca de un metro y una masa de varias toneladas", comentó a RIA-Nóvosti Vladímir Svetsov, del Instituto de Dinámica de Geosferas de la Academia de Ciencia de Rusia.

El científico explicó que los meteoritos de roca como regla no llegan hasta la superficie de la Tierra, pues se destruyen y se queman en la atmósfera.

Destacó que meteoritos de un metro de diámetro chocan con la Tierra con una frecuencia de una vez al año, y que en la mayoría de los casos se trata de cuerpos de roca que rara vez alcanzan la superficie del planeta.

Svetsov precisó que cerca del 10 por ciento del total de los meteoritos son de hierro y recordó que hace unos diez años en la república rusa de Baskortostán, junto a la localidad de Sterlimatak, cayó uno cuerpo de ese tipo, que dejó un cráter de diez metros de diámetro.