Los humanos no somos las únicas criaturas capaces de marcar un ritmo: científicos estadounidenses han llegado a esta conclusión tras estudiar a Snowball, una cacatúa que baila como un profesional a los sones de Backstreet Boys y Queen.

Snowball (Bola de nieve), un macho nacido en 1996, fue descubierto por los neurocientíficos de la Universidad de California en San Diego en 2007 cuando le vieron en un vídeo de Youtube bailando "Everybody", de Backstreet Boys, su tema preferido.

El pájaro, que ya es una celebridad en internet donde tiene incluso su propia página en Wikipedia, mueve todo el cuerpo, sus patas y su llamativa cresta amarilla para marcar el ritmo de la música.

Snowball fue entregado en agosto de 2007 por su anterior dueño a un refugio de pájaros en Schererville (Indiana), "Bird Lovers Only", a cuyos responsables les comentó que su mascota era capaz de bailar y que su canción preferida era "Everybody".

Ahora, psicólogos de la Universidad de Harvard y neurocientíficos de San Diego sugieren en dos trabajos publicados en Current Biology que las especies que pueden imitar los sonidos, como es el caso de las cacatúas y los loros, comparten con el hombre la facilidad de seguir un ritmo.

El Dr. Aniruddh Patel, del Instituto de Neurociencia de San Diego, autor principal de uno de los estudios, puso a prueba a Snowball en un experimento en el que tocaron la música de "Everybody" a 11 ritmos distintos.

"Snowball siguió el ritmo de la música y adaptó su tempo", dijo a Efe John Iversen, otro de los autores, quien afirmó que "es muy poco probable que se trate de una casualidad y ahora no hay duda de que su baile es real".

Según Iversen, quien afirmó que muchos vídeos en YouTube no son fiables, "lo sorprendentemente nuevo es que hemos demostrado que Snowball baila de acuerdo con la música".

Sin embargo, aunque la cacatúa es un pájaro increíble, no es el único que puede hacer esto, explicó Iversen.

Así lo pudieron demostrar los psicólogos de Harvard, que en otro estudio analizaron un comportamiento similar en Alex, un loro africano gris, que murió durante el experimento.

La psicóloga Adena Schachner y sus colegas también vieron más de 1.000 vídeos en YouTube y encontraron 14 especies distintas de loros que mostraban "signos convincentes de que podían marcar un ritmo".

Hasta ahora, los científicos que estudiaban la música y el cerebro pensaban que mantener un compás era una facultad exclusivamente humana, porque no es frecuente ver animales que sigan el ritmo de una melodía, señaló Patel.

De hecho, los pájaros salvajes no lo hacen, lo que ha llevado a pensar que se trata de una especialización de la evolución del cerebro humano.

Pero a la luz de estas últimas investigaciones, los científicos opinan que esta facultad puede estar relacionada con otra que los pájaros comparten con los hombres: la imitación de sonidos.

Sin embargo, aún no se explican por qué algunos loros bailan y otros no.

"Es posible que todos tengan latente esa capacidad, pero necesitan ciertas experiencias o motivación social", según Schachner.

"El por qué los humanos hacen y disfrutan de la música es un rompecabezas evolutivo", afirma el estudio.

Pero si en las aves la facultad de seguir un ritmo derivó de la imitación de sonidos, "es plausible que en los humanos también evolucionara como resultado de nuestra capacidad de mímica vocal", señaló Schachner.

Según Patel, el ritmo depende del circuito neural que controla el aprendizaje vocal complejo, lo que requiere una conexión estrecha entre los circuitos auditivos y motores del cerebro