Según la publicación, es improbable que el aumento de la temperatura planetaria se mantenga, como se aspira, por debajo de ese umbral considerado peligroso "si continúa al ritmo actual el desarrollo global hambriento de carbono".

Equipos de expertos europeos y estadounidenses diseñaron dos modelos, a través de cálculos y proyecciones, sobre la evolución del calentamiento del planeta según diferentes escenarios de emisiones de gases con efecto invernadero.

La temperatura de referencia son los dos grados por encima de los niveles de 1990 porque hay 110 países en el mundo, equivalentes al 20 por ciento de la población global, que se han comprometido a reducir emisiones para alcanzarla, explicaron los autores.

Los científicos apuntan en "Nature" que, aunque no hay garantías de que un calentamiento inferior a ese umbral sea a su vez seguro, la medida se utiliza como un indicador de la escala del desafío.

Un equipo británico dirigido por Myles Allen, de la universidad de Oxford, hizo una simulación de calentamiento según diferentes variables de acumulación de carbono.

Así, teniendo en cuenta incertidumbres en el ciclo del carbono, su estudio revela que la emisión total de 3,7 billones de toneladas de CO2 -de los cuales casi la mitad ya se habrían emitido- equivale a un calentamiento probable de dos grados.

Los autores advirtieron en una rueda de prensa de que la imposición de objetivos para limitar el calentamiento global sólo será eficaz si se trabaja con un presupuesto de carbono acumulado, es decir, teniendo en cuenta el carbono total -en este caso, casi cuatro billones- que se puede inyectar a la atmósfera para mantenerse por debajo de la temperatura considerada peligrosa.

En otro estudio, un equipo dirigido por Malte Meinshausen, del Instituto Potsdam de investigación sobre el impacto climático de Alemania, calculó los probables aumentos de temperatura según una serie de escenarios de emisiones de gases con efecto invernadero.

Así, tras considerar las emisiones de dióxido de carbono junto con los efectos de calentamiento o enfriamiento de otros elementos ajenos al CO2 que también contribuyen al clima, hallaron que unas emisiones totales entre 2000 y 2050 de 1.400 gigatoneladas de CO2 darían una probabilidad del 50 por ciento de exceder el límite de dos grados al final del siglo XXI.

Dado que las emisiones en los últimos siete años han sido de 250 gigatoneladas, mantener ese ritmo probablemente significaría alcanzar o exceder esa probabilidad del 50 por ciento, según los expertos.

Para que la probabilidad se redujera al 25 por ciento, la emisión acumulada de dióxido de carbono debería limitarse a 1.000 millones de toneladas, apuntó Meinshausen en rueda de prensa.

Según "Nature", el mensaje que deben tener en cuenta los legisladores, de cara a la próxima cumbre de Copenhague sobre cambio climático, es que "el carbono que se queme hoy no se podrá quemar mañana", por lo que cualquier plan de reducción de emisiones debe trabajar con un volumen total de emisiones permitidas, que es "para siempre y toda la raza humana".

Lógicamente, en un sistema justo de repartición de la responsabilidad, los países industrializados deberían imponerse objetivos porcentuales más altos con vistas al que debería ser el objetivo final de acabar totalmente con las emisiones nocivas, según afirmaron los autores.

Indicaron además que, potencialmente, la reducción podría hacerse con ayuda de las nuevas tecnologías para capturar y almacenar los residuos de la combustión de fósiles, de las que el Reino Unido quiere ser pionero.