En un artículo que publica en el diario The Daily Telegraph, el genetista Steve John, jefe del departamento de biología del University College de Londres, explica que ha habido "demasiado optimismo" en torno a ese tipo de investigaciones.

Ese optimismo "no duró mucho tiempo, y la arrogancia ha dejado paso a la preocupación", explica John, quien no niega que esos trabajos han dado ciertos resultados, pero no se ha confirmado que se trate de una "cura para todo tipo de enfermedades".

El experto británico aboga por un replanteamiento de las investigaciones genéticas, financiadas con millones de libras por el Gobierno y organizaciones privadas como el Wellcome Trust.

Jones explica que él es sólo uno entre varios científicos que han comenzado a poner en tela de juicio el enfoque actual del problema.

"No se trata de matar la gallina de los huevos de oro, de ser desagradecidos ni de criticar el programa de investigaciones del Wellcome Trust, una ONG riquísima que financió buena parte de la investigación que hizo posible descifrar el ADN humano".

"Creímos que (la investigación genética) iba a cambiar nuestras vidas, pero todo ello ha resultado un falso amanecer", escribe el genetista.

Según Jones, la idea de que ese tipo de investigaciones iba a constituir una panacea para todo tipo de enfermedades, como el cáncer o la diabetes, ha llevado a los científicos a "un callejón sin salida", por lo que es necesario replantearse ese enfoque.

Cientos de millones de euros se han invertido en las investigaciones genéticas después de que los científicos elaboraran el mapa del genoma humano en el 2003.

Los científicos se embarcaron en la búsqueda de los genes responsables de toda suerte de enfermedades del hombre contemporáneo con la esperanza de identificar como responsables a un reducido grupo de genes.

Sin embargo, cuanto más profundizaban en sus investigaciones, más se percataban de la complejidad del problema.

Aun cuando los científicos han identificado algunos genes responsables de enfermedades como la de Crohn, al mismo tiempo han llegado a la conclusión de que ésos representan menos del diez por ciento de la influencia hereditaria.

"La genética ha consistido en una serie de revoluciones de expectativas decrecientes. No hay que ser demasiado optimistas", reconoce Jones.

Por el contrario, el profesor Marcus Pembrey, genetista clínico y presidente del Progress Education Trust, un grupo de trabajo especializado en investigaciones genéticas, niega que ese tipo de investigaciones sean "una pérdida de tiempo y de dinero".

"Se han conseguido algunos éxitos aunque no sea la panacea que todos esperaban", explica Pembrey.

Para el profesor de neurología clínica de la Universidad de Oxford George Ebers, experto también en genética, si bien es cierto que no se han producido grandes hallazgos, sí se han descubierto cosas pequeñas que tienen, sin embargo, una gran importancia.

"Así, se ha descubierto un gen de la esclerosis múltiple, que si bien no da toda la clave de la enfermedad, sí nos ayuda a saber cómo se produce en el cuerpo", señala Ebers.