Según los oceanólogos del Instituto de Investigaciones del Acuario de la Bahía de Monterey (California), esas zonas muertas han aumentado en los últimos años debido a la rápida reducción del oxígeno en las aguas medias de los mares.

Como resultado, se ha producido una acelerada acidificación de las aguas que no pueden albergar vida de ningún tipo y si no se toman medidas para impedirlo los resultados serán "graves", según señalan.

La influencia del mayor contenido de CO2 en el agua ya había sido advertida en estudios anteriores que verificaron una menor calcificación en los arrecifes coralinos y en otros organismos calcáreos.

Los científicos Peter Brewer y Edward Peltzer indican en su estudio que las concentraciones elevadas de CO2 suponen una presión fisiológica sobre los animales marinos que afecta a su movimiento, su reproducción y hasta su forma de combatir las altas temperaturas.

Según cifras del Programa Ambiental de las Naciones Unidas, el número de "zonas muertas" en el mar comenzó a aumentar desde 1970 y ahora hay alrededor de 150, las cuales no son solamente un peligro para la actividad biológica sino también para la subsistencia del hombre.

Las zonas muertas consignadas por el documento de Naciones Unidas son en su mayor parte causadas por el exceso de nitrógeno de los fertilizantes usados en la agricultura y que son arrastrados hasta el mar.

Esa "cascada de nitrógeno" propicia un aumento del plancton que elimina rápidamente el oxígeno del mar causando la muerte lenta de las criaturas del fondo marino como las almejas, langostas y ostras, según señala.

Pero Brewer y Peltzer manifiestan que hasta ahora no existen modelos que puedan medir con precisión los altos niveles de CO2 atmosférico que es absorbido por el mar.

Tampoco se ha observado de manera precisa la relación del cambio de la química oceánica con los límites fisiológicos de los organismos marinos.

Los científicos indican que las vastas zonas oceánicas que están bien oxigenadas el aumento del CO2 marino tendrá resultados insignificantes para la vida marina.

"Sin embargo, está claro que aun cuando no disminuyan los niveles de oxígeno, las zonas muertas de los océanos aumentarán como resultado de las mayores concentraciones de CO2", según dicen.

Y con el calentamiento global que reducirá también los niveles de oxígeno "el efecto combinado será grave", advierten.