Según un estudio publicado por la revista médica "The Lancet" en su versión digital, la combinación de estas tres medidas reduce, al cabo de treinta días de su aplicación, en un 40 por ciento, el índice de mortalidad entre los enfermos con cánceres muy avanzados.

Sin embargo, el propio estudio advierte de que este porcentaje depende en gran medida de la administración de los antibióticos, de carácter profiláctico, y sin los cuales las otras dos medidas carecen, por sí solas, de esa capacidad.

El estudio fue dirigido por el doctor Mical Paul de la Sackler Faculty of Medicine de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, quien remarcó la necesidad de que hospitales y clínicas administren medidas profilácticas efectivas a los pacientes con cánceres avanzados.