Pero para ello las 192 naciones signatarias de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático deberán superar las diferencias entre ricos y emergentes, así como la reticencia a adoptar tecnologías más limpias y más caras en momentos de crisis económica internacional.

La principal novedad será que las negociaciones contarán con una nueva administración estadounidense, liderada por el demócrata Barack Obama, que se ha comprometido a adoptar medidas al respecto, tras ocho años de pasividad de su predecesor, George W. Bush.

La falta de resultados en la conferencia de la ONU sobre cambio climático celebrada entre los días 1 y 13 de diciembre en Poznan (Polonia) y el acuerdo para recortar emisiones -descafeinado para los ecologistas- alcanzado por la Unión Europea el 12 de diciembre en una cumbre en Bruselas son una muestra de las dificultades con vistas a Copenhague.

"Es muy difícil pedir a la gente que sacrifique algo hoy por unos beneficios a largo plazo y difícilmente se superará este obstáculo el año próximo", declaró a Efe el experto Ken Caldeira, portavoz de la Carnegie Institution (EEUU), que estudia el impacto del cambio climático.

Caldeira expresó su "pesimismo" sobre que salgan soluciones "sustanciales" de la conferencia de Copenhague de diciembre de 2009 y dijo que éstas requieren "una transformación revolucionaria en los modos en los que producimos y consumimos energía".

En Poznan, los países en desarrollo -los más vulnerables ante las consecuencias del calentamiento global- pidieron a las naciones industrializadas más ayudas para poder adaptar sus infraestructuras a los desastres naturales, pero lograron desbloquear sólo en parte unos fondos destinados a este efecto.

Por su parte, China, el principal contaminador mundial, y otros países emergentes como la India y México se mostraron dispuestos a adoptar medidas contra el calentamiento, pero sin renunciar al desarrollo.

El Protocolo de Kioto, firmado en 1997 y que entró en vigor en 2005, obliga a 37 países industrializados -todos salvo EEUU, que no lo ratificó- a reducir sus emisiones en una media del 5% entre 2008 y 2012 sobre los niveles de 1990, pero no compromete a los países en vías de desarrollo.

"EEUU y Europa deben dar ejemplo. Si no reducimos nuestras emisiones, no podemos esperar que China y la India lo hagan", declaró Caldeira.

La Unión Europea (UE), que ha liderado los esfuerzos internacionales contra el cambio climático, alcanzó el 12 de diciembre un acuerdo para reducir de aquí a 2020 en un 20% los gases de efecto invernadero, disminuir en un 20% el consumo de energía y que el 20% de la energía provenga de fuentes renovables.

Para ello, las industrias empezarán a pagar por los derechos de emisión que hasta ahora recibían gratis y los ingresos de las subastas de permisos irán a parar a las arcas nacionales.

Sin embargo, y para asegurarse el apoyo de los países miembros del Este, el plan concede exenciones a algunas de las industrias más contaminantes, con el fin de que no trasladen sus fábricas al exterior de la UE, y considera como una reducción de emisiones las inversiones en proyectos medioambientales de países en desarrollo.

Estos dos extremos han sido muy criticados por los ecologistas, entre ellos el Partido de los Verdes europeos, como un "duro golpe al liderazgo de la UE sobre el clima".

Ese liderazgo, según el "gurú" de la lucha contra el cambio climático y ex vicepresidente de EEUU Al Gore, puede pasar ahora a EEUU y Obama, que ve en las energías renovables la posibilidad de crear empleo en estos tiempos de recesión.

Mientras, los fenómenos meteorológicos extremos, como los ciclones y las inundaciones y el aumento del nivel del mar ya son patentes en un planeta en el que según Gore cada 24 horas se liberan a la atmósfera 70 millones de toneladas de gases de efecto invernadero.

En su último informe, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) afirma que el calentamiento como resultado de las actividades humanas es inequívoco y que de los 12 años transcurridos entre 1995 y 2006, 11 figuran entre los más cálidos desde que se registran las temperaturas en 1850.