"Estamos eligiendo la mejor opción, la más responsable, al posponer la fecha de despegue", afirmó el director de la MSL, Doug McCuistion, que subrayó lo indispensable de cumplir los estándares de seguridad de vuelo y comprobar que todos los mecanismos funcionan correctamente antes de dar luz verde al lanzamiento; algo que se he ha retrasado "más de lo previsto", haciendo que resulte arriesgado enviar la nave al planeta rojo.

Y es que, según el análisis de los científicos, las posiciones relativas de la Tierra y Marte hacen posible que el viaje sólo sea seguro durante "unas pocas semanas cada dos años". Como resultado de estas conclusiones y el retraso, el vuelo ha tenido que ser pospuesto.

Al margen de estos cambios de última hora, la misión durará un año marciano (dos años terrestres aproximadamente) y contará con tecnología avanzada para estudiar el terreno de Marte y permitir, así, determinar la capacidad pasada y actual de alojar vida en su superficie.

Entre los instrumentos que portará la misión se haya un nuevo modelo de Rover (vehículo de última generación empleado por la NASA para explorar, durante períodos de tiempo prolongados, el terreno, con capacidad para maniobrar 360 grados y tracción a las cuatro ruedas) que explorará el suelo del planeta y su polvo rocoso, gracias a su "novedoso" sistema de propulsión terrestre. Asimismo, y con respecto al lugar de aterrizaje, los expertos barajan aún cuatro posibilidades, todas ellas "lugares húmedos en el pasado".