Un equipo investigador de la Universidad de Tohoku (Japón) explica que los impactos de esos cuerpos sobre los mares primitivos, muy frecuentes en aquel entonces, pudieron haber generado alguna de las complejas moléculas orgánicas necesarias para la vida.

Aunque muchos de los elementos necesarios como puntos de partida para la existencia de vida estaban presentes en la Tierra, se desconoce cómo se organizaron en los llamados bloques de construcción de vida.

Los científicos japoneses, liderados por Yoshihiro Furukawa, trataron de arrojar un poco de luz sobre la incógnita del origen de la vida en el planeta azul.

Para ello, utilizaron una pistola propulsora para simular el impacto de un meteorito de hierro y carbono en una mezcla de agua y amoniaco que imitaba la química de los océanos primitivos.

Después del impacto a alta velocidad, el equipo encontró en el fluido una mezcla de moléculas orgánicas, incluido un aminoácido simple.

A partir de aquí, los científicos concluyen que los impactos de meteoritos en las masas de agua de la Tierra primitiva pudieron haber contribuido a la creación de moléculas orgánicas complejas que formaron las bases de la vida.